Marina Garcés, profesora de filosofía en la Universidad de Zaragoza y que más ha conectado con la corriente que movió el 15-M, tilda al turismo de “la industria legal más depredadora que existe”. Así de tajante se muestra Garcés en declaraciones a una entrevista realizada por El País.
La filósofa, que se reivindica como agitadora de la turismofobia, insiste en que el turismo solo beneficia a las grandes industrias. “El turismo es la industria legal más depredadora que existe. No me vale que sostiene al pequeño comercio. Beneficia a las grandes industrias de transporte, urbanística o de alimentos”, declara Garcés (La turismofobia se hace racista: ahora arremete contra el “turismo elitista blanco”).
La experta en filosofía e impulsora de ‘Espai en Blanc’, uno de los espacios del movimiento okupa barcelonés, sostiene que el turismo es una industria extractiva. Es decir, compara la actividad turística con la que se dedica a extraer y explotar los recursos del subsuelo, por su “desarrollo masivo, extractivo y monopolista”, según indica la doctora en filosofía, quien añade que para ella Barcelona no es más que “un campo de soja, explotable como un recurso natural cualquiera”, concluye.
Al parecer, Marina Garcés hace caso omiso de los beneficios del turismo para el país. La actividad turística aportó 172.900 millones de euros a la economía nacional durante 2017, lo que supone un incremento del 5,7 por ciento respecto al año anterior. La aportación del turismo al PIB fue del 14,9 por ciento, además de generar más de 2,8 millones de puestos de trabajo (La WTTC lanza un aviso a España: la ‘turismofobia’ es su gran amenaza).
Y el empleo es de mala calidad comparado a zonas no turísticas como Navarra, La Rioja, Lérida, etc. Y los alquileres para los empleados y los jóvenes por las nubes. Es lo que es, seamos realistas. Otra cosa es que por la ineptitud de los políticos y de las clases dirigentes que les apoyan no hay otra cosa desgraciadamente...