Bajar a Segunda División no solo es un palo económico para el club de fútbol afectado, también para la ciudad que le da cobijo pues pierde a una de sus principales fuentes de promoción turística y deja de ingresar importantes cantidades sobre todo cuando el equipo visitante es el Real Madrid, el Barcelona o el Atlético de Madrid.
Aunque es difícil calcular el coste de descender al llamado infierno de Segunda, hay estudios realizados por distintas Cámaras de Comercio de España que cifran entre cinco y veintiocho millones de euros anuales las pérdidas por dejar de jugar en Primera División. La cantidad final depende no solo del tamaño de la ciudad y del estadio de fútbol también del número de plazas hoteleras de las que disponga.
Así por ejemplo se calcula que Zaragoza ha dejado de ingresar 20,6 millones de euros al descender de categoría el club de fútbol maño mientras que Alicante ha perdido 17,4 millones con la caída del Hércules a Segunda y Murcia, 10,1 millones por la bajada de su equipo. En el lado opuesto se encuentran ciudades como Granada que recibió un ingreso extra de algo más de 28 millones, según su Cámara de Comercio, al subir el club a Primera.
Pero además del dinero que deja de ingresar la ciudad, el descenso de categoría también incide sobre los salarios, según cuenta a El Economista Plácido Rodríguez, catedrático de la Universidad de Oviedo especializado en Economía del Deporte. "El empleo que genera un club de fútbol en una capital media es del 0,1 por ciento del total, pero si está en Primera los salarios pueden llegar a suponer hasta un 0,3 por ciento del Valor Añadido Bruto (VAB) de la zona. El presupuesto del club en Segunda se reduce a un tercio y eso tiene consecuencias en el VAB provincial", explica.
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