Desde hace años, Indonesia sólo tiene un enclave turístico de relieve: Bali. Allí viaja el 46 por ciento de todos los 20 millones de turistas que anualmente visitan el país. Es lógico, pues, que un día el Gobierno se propusiera cambiar este estado de cosas. En 2016, Jakarta decidió que eso no podía seguir así y lanzó una estrategia denominada “10 nuevos Balis”, con la intención de repetir el mismo fenómeno en otros lugares y así incrementar su negocio turístico, nutrido sobre todo de chinos.
Tanjung Lesung era uno de esos enclaves. Porque ya no existe. Hoy es un montón de ruinas. Hoy Tanjung Lesung es conocido porque allí estaba tocando la orquesta que todo el mundo vio por Internet cómo desaparecía bajo las aguas del tsunami provocado por el Krakatoa. El hotel, donde murieron más de cien personas, ya no existe. Ni el resto del resort. Arief Yahya, el ministro de Turismo, ordenó reconstruir todo el enclave, porque el ministro aduce que los desastres pueden ocurrir en toda Indonesia.
Aunque lo que dice el ministro es verdad, porque todo el territorio indonesio tiene alto riesgo de terremotos, erupciones o tsunamis, en realidad los “10 nuevos Balis” parecen haber sido malditos por la naturaleza. Además de Tanjung Lesung, varios otros enclaves escogidos como futuros competidores de Bali han sido víctimas de catástrofes en los últimos meses. La isla de Lombok, cercana a Bali, desapareció este verano, provocando más de 500 muertos, como consecuencia de la actividad sísmica casi permanente.
Más cercano en el tiempo es el desastre de Lake Toba, en la isla de Sumatra, otro de los “10 nuevos Balis”. Aquí la naturaleza no tuvo nada que ver, pero el balance de 200 muertos fue igualmente dramático: un ferry que navegaba por la zona naufragó, provocando la catástrofe.
Si todas estas desgracias no fueran suficientes, la mayoría de los 189 pasajeros del avión de Lion Air que cayó al mar poco después de despegar del aeropuerto de Jakarta iban a Belitung, otro de los “nuevos Balis”. El avión siniestrado iba a aterrizar en Pangkal Pingang, lugar de tránsito para viajar a este enclave (Lion Air: 12 minutos fatídicos).
Surabaya, la segunda ciudad de Indonesia, no aparece en la lista de futuros enclaves turísticos del Gobierno, pero también tiene su desgracia: los radicales de Estado Islámico han protagonizado varios atentados terroristas que no han afectado al turismo.
Una muy tremendista noticia.
No saben ustedes lo que dicen ¿Lombok desapareció?