Los patronos de la Fundación Turística y Cultural de las Islas Baleares (Fundatur) que han reclamado a Patrimonio la devolución del yate Fortuna cedido al Rey de España en el año 2000 están preparando “un estudio jurídico”, según ha revelado uno de ellos al Diario de Mallorca. Los donantes, mayormente empresarios del sector turístico de Baleares entre los que se cuentan Meliá, Barceló, Globalia, Piñero y THB, están convencidos de tener “la razón” y sostienen que “el Código Civil es explícito” en el caso que les atañe.
Los empresarios dudan de las intenciones del Gobierno, que por lo pronto no prevé tratar el tema en Consejo de Ministros, y creen que “no hay más salida que el pleito” para acelerar la restitución del barco a sus cuatro decenas de compradores. El Fortuna III costó unos 18 millones de euros.
Carmen Matutes, presidenta de Fundatur y consejera del Grupo Matutes, defendía hace unos días que "si la Familia Real ha renunciado al barco, lo correcto sería que la Fundación lo recuperara", más teniendo en cuenta que la donación fue “modal” y “finalista”, destinado al “uso y disfrute de Su Majestad el Rey y de los miembros de la Familia Real”. Habiendo perdido este destino original, los miembros de la Fundación entienden que debe devolvérseles.
Fundatur va más allá y uno de sus representantes piensa que “el Rey está de acuerdo con nuestra reclamación, aunque la Casa Real no se ha pronunciado oficialmente al respecto. El futuro de la embarcación depende del Gobierno, una vez que Patrimonio ha decidido su desafectación.
No tiene duda alguna. Este Yate fue pagado por empresarios mallorquines y algún residente que se sumó al carro para no ser menos. Se se construyó, pagó y regalo para uso y disfrute de la Familia Real en aguas de Baleares y su Puerto de amarre y varada ha estado siempre en Mallorca. El Govern participó con 3 millones de euros y los empresarios desde 1 millón hasta los 300 mil euros. Pues que se quede en Mallorca y se venda, y se de la proporcional que le corresponde a cada inversor.
LA LLIBERTAT
La llibertat és la raó de viure,
dèiem, somniadors, d’estudiants.
És la raó dels vells, matisem ara,
la seva única esperança escèptica.
La llibertat és un estrany viatge.
Va començar en les places
de toros amb cadires a la sorra
en les primeres eleccions.
És el perill, de matinada, al metro,
són els diaris al final del dia.
La llibertat és fer l’amor als parcs.
La llibertat són els infants jugant
al fossat del castell de Montjuïc.
És morir lliure. Són les guerres mèdiques.
Les paraules República i Civil.
Un rei sortint en tren cap a l’exili.
La llibertat és una llibreria.
Anar indocumentat.
Les cançons prohibides.
Una forma d’amor, la llibertat.
Joan Margarit
Bueno, eso no es tan fácil #1, porque los españoles nos hemos gastado cerca de 30 millones de euros en el mantenimiento de la embarcación en estos años.
Si quieren un reparto de la venta proporcional a su inversión, deberían hacer frente (también de una manera proporcional) al coste del mantenimiento que hemos pagado los demás.
Estos señores pagan el mantenimiento, el barco se vende y se reparten el importe de la venta. Eso si sería lo justo.