"La costa andaluza son dos niños jugando en la arena con las palas pensando que nunca va a pasar nada, y sí, esa ola gigantesca ya está viniendo. No sabemos cuándo va a llegar, pero ya está viniendo y no hacemos nada", advierte María Belón, la madre de la familia que sobrevivió a un tsunami en Tailandia en 2004 y que inspiró la película "Lo imposible", informa ABC. Ella, como su marido y sus hijos, vivió el horror y sintió el aliento de la muerte durante esos terribles minutos en los que la ola jugó con ella. María conoce la amenaza que se cierne sobre el Golfo de Cádiz, la certeza de algunos científicos de que, pronto o tarde, un tsunami barrerá las playas del oeste de Andalucía, y no entiende la inacción de los gobiernos.
La denuncia se escucha en un documental del onubense Fernando Arroyo titulado "La gran ola", una cinta que parece anunciar una historia catastrofista sin más, pero en la que interviene una sucesión de científicos, expertos sísmicos de España y Portugal, que, como María Belón, ratifican que el Algarve, Huelva y Cádiz esperan un tsunami y que puede llegar dentro de 300 años, sí, pero que es igual de probable que embista hoy mismo.
A 400 kilómetros del Cabo de San Vicente hay varias fallas, como la que causó el terremoto de 1755 que destruyó Lisboa y que también impulsó un tsunami que azotó la costa de Huelva y Cádiz. Emilio Carreño, director de la Red Sísmica Nacional, también lo tiene como referencia. "Sabemos que se puede repetir. Desde el famoso terremoto de Lisboa, todos los días tenemos sacudidas. Es una zona activa, aunque no podemos saber el periodo de retorno ni cada cuánto tiempo ocurren estos tsunamis, porque no tenemos constancia de muchos otros que hayan ocurrido para establecer una pauta de comportamiento. Jorge Macías, profesor del departamento de Análisis Matemáticos de la Universidad de Málaga, lo plantea de otra forma: "Cada día que pasa es un día menos para que ocurra. Y puede ser mañana o puede ser dentro de 300 años".
El gran problema de obviar estas señales, la advertencia de que cada cierto tiempo aparece un tsunami, es que no se establece un protocolo que permita salvar decenas de miles de vidas. Porque en 1755 hubo unos pocos miles de muertos, pero, como subraya Mauricio González, director del Grupo de Ingeniería de Costas del Instituto de Hidráulica Ambiental de Cantabria, "si eso se repitiera ahora, a mediodía, se produciría una tragedia similar a la de Indonesia por el número de personas que pueden estar en la costa y con cero preparación".
Todos los expertos reclaman que se informe a la población de Huelva y Cádiz, dos provincias sin apenas protecciones naturales, y se le enseñe cómo actuar en caso de catástrofe, igual que hacen los japoneses. Nociones básicas como conocer las vías de evacuación, que no hay que coger el coche –se colapsarían las carreteras– ni acudir en busca de los hijos, sino tener establecido con ellos un punto de encuentro posterior, y buscar rápidamente un lugar elevado donde ponerse a salvo. "Es una información que les podría salvar la vida", recuerda María Belón.
La red de alerta de tsunamis de España sólo reacciona cuando la ola llega a tierra. Y eso, desde que toca el Cabo de San Vicente y a una velocidad de 800 km/h, deja un margen de reacción de apenas 45 minutos para Ayamonte, 60 para Huelva y 80 para Cádiz, una ciudad plana, muy expuesta y con sólo un par de salidas para más de 100.000 habitantes.
Deberian cambiar de camello...
Es cierto que puede suceder, pero partiendo de la base de que los habitantes de Huelva y Cadiz querían hacer una autopista por la costa de Doñana; la formación contra tsunamis se la van a tomar a guasa...si no son capaces de limpiar las balsas de fosfoyesos de la ría de Huelva...¿como van a ser capaces de hacer un sistema de alerta de tsunamis y que la gente se tome en serio la formación al respecto?...si golpea un tsunami adios y luego como siempre a llevarse la manos a la cabeza y llorar y bla bla bla...