Vittorio Bonacini, el presidente de la Asociación de Hoteleros de Venecia, participó en Roma en una conferencia sobre el futuro de la ciudad, especialmente tras el desastre de la ‘aqua alta’ del pasado 12 de noviembre. Bonacini dijo que el problema de la ciudad no son los turistas que van y se quedan, sino los que entran y salen. "Venecia está bloqueada por los desplazamientos, no por los turistas que se quedan en la ciudad, visitan museos y aprovechan lo que ofrece el destino desde un punto de vista cultural".
El líder empresarial considera que es fundamental “gobernar los flujos [de turistas] y comenzar a citar los accesos del turismo de cercanías, porque –según Bonacini– no se puede pensar en entrar a San Marco todos juntos y al mismo tiempo”. Según publica TTG Italia, recibir más de 30 millones de visitantes al año es “una carga insostenible”, porque sólo un tercio se queda a dormir en la ciudad. O sea, entiéndase que está defendiendo alguna fórmula de contingentación del número de visitantes, cuestión que está planeada para el futuro.
Obviamente, el presidente de los hoteleros debe ser escuchado, pero no es menos cierto que los que duermen en la ciudad lo hacen en hoteles de sus asociados.
El empresario se manifiesta en favor del turismo de cruceros –cuyos viajeros pueden dormir una o dos noches en la ciudad–. "La compatibilidad no total de los grandes barcos con Venecia está fuera de discusión. Es factible desviarlos a otros canales, pero también creo que debemos encontrar acuerdos con las compañías de cruceros y en serio hablar de planificación turística" (Venecia: las redes sociales se mofan del caos y cargan contra los hoteles de lujo).
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