Ya no se puede esperar más. Políticos y empresarios deben coger el toro por los cuernos y asumir un problema que puede llegar a ser de dimensiones más que preocupantes; teniendo en cuenta la actitud vandálica y violenta de Arran y Sortu (Los radicales vascos se unen a los catalanes para golpear al turismo). Urge que nuestros gobernantes y directivos turísticos se sienten en una mesa y no se levanten hasta conseguir definir un modelo turístico nacional.
La radicalización de las muestras turismofóbicas en, hasta el momento, Cataluña, Baleares, y Valencia -con alerta ya en el País Vasco- no es más que el resultado de la inacción de gobernantes ambiguos que en dichas comunidades tienen pactos de gobierno con nacionalistas e ‘indignados’; por lo que dependen de ellos para aprobar temas tan importantes como los presupuestos. Por ello, de la endeblez de las condenas por la violencia en el Sector. Sirva como ejemplo el silencio de la alcaldesa Ada Colau que, pese a estar de vacaciones, podría pronunciarse en las redes sociales y sigue sin decir ni mu tras los últimos ataques.
Pese a las diferentes características y particularidades de cada una de nuestras comunidades autónomas, es imprescindible que desde el Ministerio de Turismo se pueda contar con un Plan Turístico Nacional claro y sin vacíos legales, que son lo que están aprovechando los independentistas violentos, creyéndose los reyes del mambo regulando el turismo a su manera; la peor, claro.
Con todo, la Ley debe ser contundente contra los ‘bárbaros justicieros’ que tienen en estos momentos la sartén por el mago en lo que a escándalos se refiere para dañar la imagen turística de un país que sigue reduciendo el paro gracias a su principal motor económico. Empieza ya a ser tarde, hoy mejor que mañana debe acabarse con la radicalización de los que dicen sentiré ahogados por la llegada de turistas a los que ya se sablea económicamente con impuestos como la ecotasa de Baleares.
Bárbaros son aquellos empresarios turísticos que pagan 2,50 la hora a las camareras de piso
Ellos se llenan los bolsillos y nosotros a aguantar a turistas borrachos desagradables.
Por una mejora laboral turística y un turismo de calidad y controlado "YA"
Es muy complicado dar la razon a estos descerebrados, pero en el fondo, muy en el fondo, tienen su razon.
Continuación ....en muchos destinos hay un exceso de turistas, lo que provoca una saturación que es mala para el residente, pero también para el visitante.
El problema es de mucho mayor calado que la actuación de grupos anti turismo que (gracias a Dios) de momento no están haciendo acciones graves, pero que si tienen repercusión en los medios de comunicación de los países de origen de nuestros visitantes.
El problema de verdad es la posibilidad cada vez mas real de que determinados destinos puedan morir de su propio éxito. Es un tema que se debe tratar con la máxima cautela, sobretodo por los medios de comunicación: el mensaje debe ser que España está actuando y dando pasos para combatir ciertos impactos negativos del turismo. Los titulares a evitar son los de que existe un problema de turismofobia...porque nos estamos jugando la perdida de competitividad de nuestra industria turística.
Me llama la atención que se hace mucho hincapié en los desastres del "turismo de borrachera" y se pone el foco en la palabra turismo, cuando quizá debiéramos fijarnos en la borrachera de una vez. Si asumimos que se nos está yendo de las manos la afluencia de turistas en determinados destinos, ¿no deberíamos también plantearnos si el consumo de alcohol a espuertas como reclamo de ocio es un factor determinante en determinadas situaciones desagradables?
Un saludo
Con licencias de alcohol y venta de alcohol en establecimientos dedicados exclusivamente a tal fin como el tabaco en los estancos, donde sin licencia no se puede comprar, no pasaria esto. Que la venta de alcohol para turistas sea solo en Hoteles, Restaurantes y Night Clubs con el consiguiente incremento de precio. El que quiera beber que pague.