México como destino tiene la particularidad de que su producto turístico compite no solo contra Cuba y República Dominicana, sino que también contra Hawaii y contra Malvinas, y fuera del ámbito del mero ‘sol y playa’ hasta contra el turismo cultural de Italia o el de Egipto.
La variedad de su producto les ha llevado a que, ante tantos frentes, el sector turístico mexicano se haya decantado por una suerte de Plan Integral impulsado desde la administración central, que bajo la premisa de considerar a la industria como prioritaria, se fundamente en la coordinación de todos los departamentos públicos y de todos los actores privados.
“Nuestra competencia es muy amplía. México es un país muy rico, muy diverso. Así que en 2011 el Gobierno presidido por Felipe Calderón puso en marcha un Acuerdo Nacional por el Turismo, con el objetivo de que en 2018 el país pasase del décimo al quinto puesto a nivel mundial en cuanto a recepción de turistas extranjeros, y del decimoctavo al quinto respecto a gasto”, relata Javier Aranda, director regional para Europa del Consejo de Promoción Turística de México, en una entrevista con Preferente.
“Sobre los 100 puntos analizados –continúa Aranda--, se marcaron 10 líneas estratégicas en las que estuvieran integrados las 32 entidades federativas del país, el sector privado, el Gobierno Federal, la Cámara de Diputados, y la Cámara de Senadores”.
Los puntos sobre los que giraba el plan pasaban por aumentar la conectividad aérea; una mejora de tanto las infraestructuras directamente relacionadas con el turismo, como las indirectas; la puesta a disposición de las embajadas para el Sector, como para agilizar la tramitación de visados, y la coordinación “interinstitucional” que tuviera en cuenta las especificidades del turista de cada región. Y todo ello bajo la evaluación constante de los resultados.
El cumplimiento de los objetivos marcados a largo plazo implicaría un crecimiento anual del 10,6 por ciento, a fin de llegar a los 50 millones de turistas extranjeros en 2018. En los primeros meses de vigencia del plan, el turismo mexicano ha cerrado 2011 con un aumento de entre el 10 y el 11 por ciento de foráneos recibidos, tal y como apunta Aranda a esta revista basándose en estimaciones aún no oficiales.
Para lograrlo ha habido que “reposicionar el destino”, que en 2009 se vio afectado por la gripe A H1N1 y por la crisis financiera mundial. “El turista ya no es el de la foto, el de quedarse en un resort, sino que busca experiencias, y sacarle un retorno a su inversión”, explica Aranda.
Entre los activos con los que cuenta México, además del ‘sol y playa’, figuran los mejores campos de Golf, las ciudades coloniales y este año la celebración de la Ruta Maya, así como una gastronomía que es Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO.
Diversificar es uno de sus puntales del citado plan, en el que no se olvida el baluarte que suponen los 11.000 kilómetros de litoral del país, y el peso de más del 50 por ciento de turistas extranjeros que sigue aportando Estados Unidos, aunque la cuota vaya reduciéndose mientras crece la rusa y la china.
Este año, el país azteca acogerá el encuentro del G-20 debido a que ostenta la presidencia rotatoria de la organización, así como las citas anuales del T-20 (ministros de Turismo de las 20 primeras potencias del Sector) y el congreso de la WTTC.
El turismo de congresos y negocios supone una oportunidad para desestacionalizar, revela Aranda, quien también apunta al crecimiento del destino en cuando a bodas. “Antes los turistas venían de luna de miel a México. Ahora vienen a casarse y traen a toda la familia. En los hoteles de Quintana Roo ya cuentan con un registrador que pueda oficiar matrimonios”, concluye a modo de anécdota el responsable de la oficina de Turismo de México para Europa.
España: 27 conexiones semanales, 14 de Iberia entre Madrid y D. F., 6 de Air Europa a Cancún, más adicionales de Aeroméxico también desde Barcelona, y de touroperadores que impulsan vuelos de Pullmantur Air y de Orbest. En 2011 viajaron unos 280.000 españoles a México
“Cuando entramos en un mercado nos quedamos a largo plazo”
“Tenemos una estrategia sólida. Cuando entramos en un mercado, es para quedarnos a largo plazo. Desde el momento de nuestra llegada, solo contemplamos ir ampliando frecuencias”. Así se expresa la directora de Ventas para Europa y Asia de Aeroméxico, Rocío Blázquez, en declaraciones a esta revista.
El 70 por ciento del pasaje de Aeromexico es de negocios en sus rutas a España, un país en el que opera desde 1945, y donde cuenta con conexiones diarias desde Madrid y tres semanales desde Barcelona a partir de abril, después de suspenderlas por primera vez solo para el invierno.
El 95 por ciento de las ventas de Aeromexico es a través de agencias, revela Blázquez. El papel de la aerolínea como promotor del destino va asociado a campañas publicitarias en las que siempre cuenta con un ‘partner’, tanto una minorista como una minorista o el propio organismo de promoción turística del país.
La ocupación de Aeromexico en 2011 en sus vuelos desde Madrid alcanzó el 86 por ciento, y desde Barcelona el 79 por ciento. La aerolínea oferta 107.000 plazas anuales al país azteca desde España. Blázquez señala que la tendencia creciente es ofertar un paquete dinámico para aquel cliente “maduro”, capaz a través de una agencia online de organizarse su propio paquete, para lo que ofrece a las OTA’s precio de touroperador.
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