La mayoría de empresarios y profesionales turísticos llevamos años reclamando un Ministerio unicelular para unificar criterios administrativos y recuperar una imagen única de la España turística; hoy se nos presenta una oportunidad para llevar a cabo aunque sea virtualmente el sueño de tantos años.
Se entiende que en época de crisis económica sería como predicar en el desierto, pretender que el gobierno creara un nuevo Ministerio.
Pero no se entiende que hoy por hoy, cuando casi todo el mundo reclama la unidad de España, sea el turismo el que dé claro ejemplo de todo lo contrario.
Existe un gazpacho de leyes autonómicas que demuestran el divorcio entre todas ellas, que ni siquiera se ponen de acuerdo en establecer un inventario de sanciones administrativas a la hora de establecer el coste de las actas de infracción.
Para evitar la desunión de criterios existentes en la actualidad entre las 17 autonomías, el gobierno debería recuperar las responsabilidades legislativas, que en su día transfirió a cada una de ellas, siendo ésta quizás la primera acción que el gobierno central hizo al 100%.
Los funcionarios-políticos responsables del turismo en cada una de ellas con esta acción se podrían dedicar con todas sus fuerzas a la promoción e imagen de sus respectivas autonomías, que es lo que realmente importa a los intereses económicos y sociales por el mantenimiento de los turistas existentes y la captación de nuevos mercados, porque las autonomías pierden mucho tiempo en legislar y muy poco en comercializar para eliminar la estacionalidad.
Como España pertenece a la Comunidad Europea se debería aprovechar esta “coartada” para conseguir centralizar todo el desarrollo turístico español.
La Unión Europea más pronto que tarde obligará a España a adaptar nuestra maquinaria legislativa en turismo a las iniciativas, que nos impongan desde Bruselas.
Ya existe la primera de ellas "Hotelestars Union", que intenta implantar una unificación en la clasificación de hoteles en toda la Unión Europea.
Dicha iniciativa ya la han aceptado países como Alemania, Austria, Hungría, República Checa, Países Bajos, Suecia y Suiza.
También, al turismo en España le afecta la directiva europea de servicios que entró en vigor el pasado 1 de enero de 2010.
El mundo turístico en estos momentos tiene la suerte de contar dentro de la administración del Estado con una institución llamada Turespaña, que está en manos de los mejores y más conocedores funcionarios, que presuntamente haya tenido nunca.
En este último mes nos estamos enterando que el turismo pertenece a un ministerio que necesitaba dos apellidos (como si se tratara de una película archiconocida), su titular, parece ser que va a dedicar todo su esfuerzo en esta legislatura a intentar entender las tarifas eléctricas, ¡qué no lo tendrá fácil! Para después explicarlo y que también lo “entiendan” sus señorías.
¡Qué fácil sería que Turespaña se dedicara a legislar para todo el territorio nacional y a la vez siguiera promocionando turísticamente a España a través de sus oficinas repartidas en todo el mundo y que están demostrando su profesionalidad y eficacia! Y que las autonomías defendieran y promocionaran la imagen turística de sus territorios tanto a nivel nacional como internacional.
Seguramente, todos saldríamos beneficiados.
Apostemos porque Turespaña se convierta en protagonista principal del desarrollo turístico español, que tanto empresarios como profesionales soñamos.
Por lo que si el Gobierno Central recupera parte de las competencias que en su día concedieron alegremente a las autonomías, ESPAÑA SIN NINGÚN TIPO DE INVERSIONES, NI GASTOS ADICIONALES HABRÍA CREADO EL MINISTERIO DE TURISMO VIRTUAL.
No todo el sector quiere la recentralización y el Sr. Callejón no puede decir que esa medida sería ampliamente apoyada en el sector. Dudo que lo sea tampoco en el PPSOE porque, controlando prácticamente casi todas las CCAA como es el caso, ya hubieran devuelto las competencias al gobierno central. Con sus imperfecciones, que las hay, el modelo actual ha sido mucho mejor que el que teníamos en los años 80. Se puede mejorar, si, pero de ahí a cargárselo hay un trecho. El tono del artículo es todo lo contrario a la objetividad y a la apertura de miras que tiene el sector turístico. Me ha hecho recordar viejos tiempos...