¿Qué es París sin el museo del Louvre? ¿Y París sin la torre Eiffel? ¿Y qué interés puede tener la capital francesa sin estos dos atractivos y también sin todos los demás museos y con una buena parte de sus comercios cerrados? Encima sumen la suspensión de los servicios de buses y el metro. Esto es París hoy, sábado, cuando está convocada otra manifestación de los chalecos amarillos ('gilets jaunes'), el movimiento popular en protesta contra el presidente Macron, contra sus aumentos de precios o contra ambos a la vez.
Los empresarios turísticos están desolados e impotentes. En primer lugar, porque ven que la situación está fuera de control, pero sobre todo porque no pueden decir lo que piensan, no sea cosa que creen más alarma y sufran sus negocios. Esta semana se reunieron con el ministro de Economía, La Maire, y acordaron ser prudentes, no sea cosa que se cree aún más impacto sobre el turismo que el inevitable. Pero los hechos son los hechos: a día de ayer, caída de un veinte por ciento en las reservas que por primera vez en muchos años empezaban a ir bien. París y toda Francia están saliendo de la profunda crisis turística sobrevenida tras los atentados de la revista Charlie Hebdo, la discoteca Bataclan y la primera línea de Niza, con motivo de la Fiesta Nacional francesa.
El pánico de los empresarios y de las autoridades se refleja en la situación de hoy: la policía ha acudido a muchos comercios de las calles céntricas de la capital a pedirles que no abrieran sus puertas, por temor a lo que pueda suceder.
Muchos parisinos entrevistados en los medios de comunicación han señalado que, debido a los anuncios y a la tensión creada, tienen previsto abandonar la capital este fin de semana, acentuando la sensación de que la crisis es aún más severa.
Los mercados de comida que normalmente tenían lugar los sábados, nueve en total, han sido cancelados por la municipalidad. Treinta y tres parques y jardines también se han cerrado. La alcaldesa, Anne Hidalgo, ha hecho un llamamiento a la calma. Sin embargo, las expectativas son de que puedan repetírselos incidentes pasados.
Los empresarios hoteleros confiesan que, lejos de haber llegado al fin de los incidentes, este fin de semana pueden ser aun peor, lo que no permite esperar una rápida normalización del flujo turístico. Varias autoridades nacionales han emitido órdenes y avisos alertando a sus connacionales a que eviten París este fin de semana. Chequia, Bélgica, Alemania y hasta España han alertado a sus turistas.
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