Sin ecología no hay turismo

Algunos de los grandes medios informativos españoles y europeos han destacado la cita FITUR 2017 como un punto de inflexión en la lucha por el turismo sostenible. Dicho de otra manera, de la actividad turística ecológica.

En realidad esta nueva realidad es algo de Perogrullo porque sin planeta respirable es muy difícil que pueda haber actividad turística de ningún tipo. Pero no es malo que se utilice una de las grandes citas mundiales entre los profesionales del Sector para reivindicar la actividad limpia. Podría ser que si nos comemos ecológicamente los destinos todo quede en un hambre de mucho cuidado.

La ascética ecológica no es algo que puede improvisarse. Hay que enseñarlo desde la más tierna infancia como ocurre en las grandes potencias democrática del mundo y con especial énfasis en el norte de Europa. Ahora muchos países declaran legalmente a sus espacios protegidos pero la norma es papel mojado sin los ciudadanos no ponen de su parte las acciones para que esos destinos resulten sostenibles como tales destinos.

En España queda mucho trecho por recorrer si bien hay que hacer constar que en los últimos años hay una mayor concienciación al respecto después de los enormes desaguisados provocados en las costas, muy singularmente en le mediterránea desde Algeciras al Cabo de Gata pasando por Mallorca e Ibiza (dejo fuera a Formentera).

LA ACCIÓN PÚBLICA

Para un liberal la acotación o acotaciones a la acción del poder del Estado es algo que siempre va de suyo. En este campo que hoy nos ocupa creo que su acción debe situarse en el acompañamiento educativo e incluso a la vigilancia para que se cumplan las normas. Punto. Me interesa subrayar el primer aspecto. Es en la escuela, colegios, universidades donde se forman las mentes y la persecución de objetivos. Y es desde el poder y el presupuesto público donde debería llevarse a cabo tales acciones. El sector privado no está para aleccionar a nadie ni a nada. Se debe limitar a ejercer su libertad de empresa o de profesión. Punto.

Tener una determinación ecológica está también alejada del talibanismo con el que nos agasajan día sí y día también los profesionales que viven de este chollo. Que lleguen turistas a nuestro país y a nuestras playas tampoco significa “estrictu sensu” que haya degradación per se. Porque si actividad se instalará la miseria y la miseria siempre conduce al detritus.

In medium virtus, decían los romanos. Y el principio es aplicable al tema que nos ocupa.

Creo que FITUR 2017 es una magnífica ocasión para poner en valor este y otros temas en unas sociedades ya voluntariamente concienciadas para defender lo único sólido que tenemos: el planeta Tierra.

Y sin planeta , señores, no hará faltar recordar, que no hay turismo. Y sin turismo nada somos o no somos nada.