Turquía viene a 'robar' británicos y alemanes a España

Turquía ha dado un paso más en su estrategia de lograr la supremacía turística en el Mediterráneo: la promoción directa en países competidores. La forma de conseguirlo: el  patrocinio de eventos deportivos situados estratégicamente en el calendario. Si en marzo la aerolínea Turkish Airlines se convirtió en patrocinadora del Open de Andalucía, comunidad líder en España en turismo de golf, ahora las negociaciones se desarrollan en Baleares y el objetivo pasa por esponsorizar el Open de golf de Mallorca.

Las negociaciones ya han comenzado, según recoge el diario El Mundo El Día de Baleares, en una información firmada por María J. García, y la lectura sobre los beneficios que reportan al país otomano esta clase de patrocinios está más que clara: darse publicidad en destinos que son competencia directa, como es el caso de las comunidades autónomas andaluza y balear.

El doble objetivo no carece de originalidad y consiste en llegar, a través de la repercusión internacional que tienen estos eventos, al turista de nivel adquisitivo medio y alto y hacerlo además en plena temporada alta, cuando la isla balear hierve literalmente de visitantes británicos y especialmente alemanes. La campaña se beneficia de las enormes cantidades de dinero que el país destina a promoción turística, una partida que en España está en plena contracción.

El mercado español también es otro de los objetivos, pero los beneficios que puede aportar son limitados. Según menciona el citado rotativo, para los españoles Turquía no pasa de ser un destino de “puente” (escapada corta) que compite con otros fuertemente enraizados como Roma, París o Venecia.

Son por tanto los mercados alemán y británico los que se sitúan en el centro de la diana. Aunque en cifras globales ambos destinos no se pueden comparar, el país otomano recibió el año pasado 4,38 millones de alemanes, que constituyen el primer mercado emisor. Baleares recibió 3,5 millones. En cuanto a los británicos, en 2010 visitaron Turquía 2,67 millones de británicos, mientras que a Baleares llegaron 2,7 millones.