Un error médico, traspiés para el turismo de salud en Turquía

El último dato del que se dispone con certeza es el de 2017, cuando setecientas mil clientes acudieron a Turquía, fundamentalmente a Estambul, a hacerse un tratamiento médico. Es un negocio próspero basado en la rapidez y en la competitividad en los precios. 

Aunque no siempre todo sale bien. 

Ahora, Moyosore Olowo, el marido de una trabajadora social británica, de 38 años y madre de tres niños, presentó una acción judicial, por la muerte de ella, Abimbola Ajoke Bamgbose.

La mujer había comprado un paquete de avión, hotel y centro de tratamiento médico, para hacerse una liposucción en Turquía, según informan los medios de comunicación londinenses. Su esposo exige ahora un millón de libras, un diez por ciento más en euros, por negligencia médica. La clínica y el médico son los objetos de su demanda. El problema es que todo se tiene que dilucidar en los tribunales turcos, lo que complica la operativa.

Olowo advierte a otros posibles clientes sobre los riesgos del turismo de salud. Olowo explicó a los medios que “ella –por su mujer-- era la columna vertebral de la familia. Mi esposa fue una madre excelente. Mi hijo tiene necesidades especiales y ella fue una influencia tranquilizadora para él". 

Antes, en octubre pasado, un hombre de Irlanda del Norte murió y dos de sus amigos quedaron gravemente enfermos después de un viaje de tratamiento dental a Turquía. 

Turquía tiene una gran industria de turismo médico y dental, desde blanqueamiento de dientes hasta trasplantes de órganos y cirugía cardíaca, y en 2017 hasta 700.000 personas visitaron el país para procedimientos y operaciones médicas, según la Asociación Internacional de Turismo de Salud de Estambul.