La instalación de tornos en Venecia para limitar los accesos de turistas a la ciudad ha provocado una gran polémica en la ciudad italiana. El alcalde de la ciudad, Luigi Brugnaro, ha decidido controlar cuatro controles de acceso: en la plaza de Roma, en el puente de Calatrava, y otros dos ante el puente de los Descalzos. Cuando el gobierno municipal veneciano considere que la afluencia turística es insostenible, los tornos se cerrarán y no podrá entrar ningún turista más a la ciudad.
“Es la primera vez que se intentan regular los flujos en Venecia. Claramente, cometeremos muchos errores y tendremos muchas críticas, pero por ahora está funcionando todo perfectamente”, ha declarado el alcalde de Venecia. Sin embargo, el sábado ya hubo protestas. Unos 30 manifestantes arrancaron el torno situado enfrente del puente de Calatrava. "Venecia no es una reserva, no estamos en peligro de extinción", decía la pancarta.
Venecia teme que la Unesco cumpla su amenaza y retire a la ciudad la consideración de ciudades patrimonio de la humanidad. Hace unos meses se limitó la llegada de cruceros y ahora se han instalado los tornos, una solución no exenta de polémica.
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