Venecia podría haberse ahorrado todo el dinero gastado, unos 6.000 millones de euros, e inundarse. O podría haberse gastado el dineral en construir una barrera antiinundación y evitar el agua. Pero ha optado por la peor solución posible: la barrera, con sus costes, pero que no funcione, con lo que sigue como estaba.
Esto es lo que ha pasado estos días y que ha provocado titulares en toda la prensa regional y nacional. Es otro escándalo al que Italia es aficionada.
El martes, la barrera no funcionó. En cambio, ayer, miércoles, sí. La marea de 138 centímetros en Venecia no se paró.
Tarde y mal, entre el martes y el miércoles, como el agua seguía subiendo, sí se dio la orden de levantar la barrera. Y aquí viene la buena noticia: funcionó. Nuevamente, la mecánica respondió.
Ayer, miércoles, el mar seguía subiendo, pero no en Venecia, donde había agua, pero era del martes. Las 78 barreras de las tres ensenadas portuarias de Lido, Alberoni y Chioggia, se levantaron para hacer frente a una marea de 123 centímetros.
Los venecianos están enfadadísimos por lo ocurrido el 8 de diciembre, cuando regresaron los tiempos en que la ciudad estaba indefensa. La decepción se ve agravada por el hecho de que los trámites que se llevaron a cabo durante la noche han demostrado que el funcionamiento del Mose, incluso en condiciones climáticas cambiantes, es posible en pocas horas y sin ese aviso de dos días que el administrador había declarado necesario, quizás para justificar el fracaso del martes.
¿Qué no funcionó en la noche del lunes al martes? Ahora todos se esconden. El jefe de la obra dijo que “estamos en una fase experimental del Mose, en la que se levanta cuando hay una previsión de 130 centímetros: la alerta se da 48 horas antes”.
Los técnicos dicen que hay que hacer antes un trabajo preparatorio que no se puede improvisar y que no estaba hecho. El alcalde de la ciudad, Luigi Brugnaro, explicó qué salió mal y sobre todo cómo lo imponderable jugó una mala broma en la ciudad. “Teníamos una previsión de marea máxima de 125 centímetros, pero en el mar el viento crecía mucho, tenía una fuerza extraordinaria, no prevista. Hubo viento muy fuerte desde Croacia, coincidiendo con las crecidas de los ríos Tagliamento y Piave.”
Brugnaro admitió que es necesario introducir algunos ajustes en los procedimientos. "Probablemente será necesario poner el sistema en alerta temprana a un nivel más bajo".
Vamos, que no había nadie trabajando cuando llegó el agua.
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