El sábado, todos los hoteles que aún están abiertos en Venecia, avisaban como de costumbre a los turistas que habría ‘acqua alta’ y que eso supondría inundaciones por toda la ciudad. El ayuntamiento, por su parte, como ven en la fotografía, dispuso la tradicional red de pasillos elevados, para evitar que la gente se moje. El pronóstico del tiempo hablaba de una subida de la marea de 135 milímetros. A partir de 90, ya se inundan las partes más bajas de la ciudad, o sea precisamente la plaza de San Marcos.
Sin embargo, este sábado, no hubo inundación. Hubo subida de la marea, pero las autoridades pusieron en marcha por primera vez ante una subida del mar, el sistema Moisés de 78 compuertas que interfieren en la conexión entre la laguna y el Adriático. Y funcionó. Esto fue lo más importante: funcionó.
El sistema Moisés había sido inaugurado antes del verano, pero hasta esta semana no había sido necesario. Y sin el mar alto, funcionaba, lo cual no significa nada.
El sistema Moisés fue diseñado en los años setenta, casi al tiempo que los diques que cierran el Támesis a la subida del mar del Norte. Pero Italia es Italia: después de cincuenta años empieza a funcionar, tras haber gastado siete mil millones de euros.
Cualquiera que conozca la historia de los fracasos de las obras públicas en Italia puede entender la emoción de hoy: no es que no se haya inundado la ciudad, sino que Moisés ha funcionado correctamente, lo cual era impensable.
Las compuertas tardan algo más de una hora en elevarse y bloquear la subida del mar, manteniendo la laguna al nivel habitual.
Bravo por Italia.
El triunfo de la voluntad.
Lo de Italia es Italia.... os lo aplicamos aqui..España es España...