“Los viajeros quieren tranquilidad y cualquier imprevisto hace que apuesten por otros lugares”

La Costa del Sol ha reaccionado con preocupación al anuncio de huelga de los trabajadores de asistencia en tierra, que está prevista para los días 18 y 26 de agosto, un periodo especialmente delicado para el turismo de la provincia, con la coincidencia, además, de la visita del Papa a Madrid y de la Feria de Málaga.

Las movilizaciones, que se desarrollarán en jornadas ininterrumpidas de 24 horas, se extenderán en todo el país e incluirán al personal dedicado a las labores de facturación, pero también a otros servicios como el acomodo de los viajeros con necesidades especiales de desplazamiento.

Para el sector, se trata de un número lo suficientemente amplio de empleados como para lograr que su ausencia incida en el funcionamiento normal de los vuelos, precisamente uno de los principales temores expresado por los agentes turísticos, que se conjuran en estos días para evitar cualquier tipo de mensaje que despierte la indecisión de los turistas. “Estamos cansados de que el turismo, que es la industria que mejor está soportando la crisis, se haya convertido en moneda de cambio en los conflictos laborales”, ha dicho Joaquín Fernández Gamboa, vicepresidente de la Asociación Empresarial de Agencias de Viaje (Aedav), en declaraciones citadas por laopinion.es.

Las repercusiones de la convocatoria se tornan amenazantes en la provincia, donde las últimas semanas de agosto están señaladas como el inicio de la caída de la ocupación veraniega. Francisco Moro, vicepresidente de Aehcos, la patronal hotelera, insiste en el riesgo añadido de los tiempos, poco dados en general a las convicciones en materia de inversión y de reservas. “Los viajeros quieren tranquilidad y cualquier imprevisto hace que apuesten por otros lugares”, indica.

Los representantes turísticos apelan a la cordura y confían en que se dé marcha atrás al anuncio de huelga, aunque advierten que la noticia ya supone un revés para la imagen inmediata del destino. “Esperemos que trabajadores y empresarios lleguen a un acuerdo y no sean tan locos como para dañar lo que mejor funciona de nuestra economía”, asegura Fernández Gamboa.

Las consecuencias de la huelga no se le escapan tampoco a Gonzalo Fuentes, responsable autonómico de Turismo en CC OO, uno de los sindicatos que, junto a UGT y USO, apoya la convocatoria. “Es obvio que no beneficia y que no es positivo para el sector, pero no resulta ningún capricho”, sintetiza.

Fuentes confía en que las partes alcancen un acuerdo, aunque apunta a los motivos que inspiran las movilizaciones. Entre ellos, destaca el incumplimiento del convenio colectivo del sector por parte de algunas operadoras como la norteamericana WFS. Los sindicatos critican la política de Fomento, que tildan de “permisiva” y “economicista” en lo que respecta a las concesiones del servicio, que ya contabiliza varios casos en España de Expedientes de Regulación de Empleo. La patronal ha fijado hoy una reunión para acordar los servicios mínimos.