Ha muerto Fernando Perelló, el empresario mallorquín del turismo que, durante los últimos 40 años, creó un grupo de empresas, fundamentalmente en el turismo receptivo, que se extendió por toda España, bajo varias marcas, entre ellas Euromar, Europlayas y que ahora están bajo la dirección de sus hijos.
Perelló, que también fuera presidente del Fomento del Turismo de Mallorca, pertenece a la generación de la expansión turística de España. Creía que este país tiene que tener claro que debemos tratar al viajero que nos visita con el cuidado y el esmero que se merece un cliente, no como quien “le concede [a los turistas] el privilegio de que nos puedan visitar”. “Somos nosotros quienes debemos estar agradecidos”.
Perelló estudió económicas en París, hace cincuenta años, cuando nadie salía del país. Culto, refinado, su expresión era cuidadosa, medida, tranquila, reflexiva. Cada quince días escribía un artículo en un periódico de Palma de Mallorca, donde gustaba de describir el mundo a partir de la visión de un amigo imaginario sueco con el que se encontraba, pretendiendo introducir un elemento de referencia, intentando aportarnos puntos de comparación para no considerarnos un país aislado del mundo. Era un convencido de la necesidad de conocer idiomas y de viajar. “No salir del país es una barbaridad”, solía decir.
Era muy crítico con el papel de las autonomías en la promoción del turismo, área en la que estaba muy implicado. Llegaba a apuntar que si antes se iba a los mercados emisores a captar viajeros, ahora las autonomías llenaban aviones de agentes locales que iban a una ciudad extranjera a escuchar a sus líderes locales, en reuniones organizadas por ellos, para ellos y sin ningún nexo con el suelo que pisaban. Toda vinculación con el extranjero desaparecía: se hace un viaje con agentes locales, se pronuncian discursos para agentes locales, se lleva a la televisión local y se olvida totalmente al turismo, al cliente, al visitante, a las empresas de las que dependemos, denunciaba.
Perelló decía que España tenía la opción de elegir entre empresarios que han sabido crear riqueza o empresas que nos hunden. Las primeras son empresas que han cuidado los resultados, que han atendido al cliente, que se expanden, que exportan, que venden, que crean empleo de verdad; las segundas son empresas que sólo tienen pérdidas, que colocan a amigos y conocidos del poder, que son un cáncer para el país: la mayor parte de las empresas públicas.
Entre sus objetos preferidos de crítica últimamente estaba el caso de Spanair, que había acabado en manos de la Generalitat de Cataluña. Perelló decía que en España tenemos empresarios que saben de aviación comercial y en cambio han sido los políticos quienes se han encargado, de una manera o de otra, de una empresa como Spanair, con el resultado conocido. Abogaba por que los aeropuertos del país, de los que se dice que pueden cambiar el modelo de gestión, no acaben en manos de los políticos autonómicos, sino al menos que vayan a empresas profesionales, que desde luego existen y están haciéndolo muy bien allí donde van.
Ha fallecido un gran profesional que dedicó gran parte de su vida a la promoción turística de Baleares.
Mis respetos a su familia.
fueel pionero del asociacionismo de las agencias de viaje en la islas y en nuestro pais y transnmitio seriedad y orden a un sector devaluado a nivel directivo. tambien dio un impulso a la promocion pero choco con la fortaleza de la patronal que comandaba Codola, su polo opuesto en personalidad y capacidad de liderazgo
mis respetos a su familia
Tuve el priviliegio de conocerlo cuando vivia en Palma de Mallorca y fuera de España nunca me he cansado de ponerlo como ejemplo de empresario honesto, tenaz y visionario.
Un excelente profesional y una excelente persona. Lidero en su vida la filosofia turistica que mas sentido tiene: el cliente.
Mis respetos a su familia.