Aeropuertos: el mundo nos ve la vergüenzas

Creo que sería mucho más conveniente decir al mundo que nosotros dejamos que todo viajero entre por nuestras fronteras porque no creemos en la discriminación por razón de enfermedad, que mantener la payasada que estamos haciendo actualmente, de dimensiones escandalosas.

Hoy, si no lo sabían, todos los viajeros que llegan del extranjero son invitados a rellenar un folio con sus datos. Nada digital, todo a pedal. Nadie comprueba si ese pasajero ha escrito los datos correctos; nadie sabe lo que ha escrito; nadie verifica nada. Tampoco nadie está atento a si un viajero procedente del extranjero se 'cuela' en la fila de los nacionales. Y todo como si hubiéramos olvidado que las aerolíneas nos envían esta información, mucho más fiable por supuesto, digitalizada, por las políticas de control del terrorismo implementadas tras los atentados de París.

Observen que los viajeros nacionales no son controlados en absoluto (si esto se puede llamar control), cuando la realidad es que toda España está peor que cualquier otro lugar del mundo, por lo que es totalmente incomprensible que no se verifique nada del viajero nacional y, en cambio, se pueda hacer con el que viene de Italia, o de Polonia, por poner dos ejemplos, que hoy están infinitamente mejor que España.

Esto es lo que hacemos. O sea, damos vergüenza pero no nos cortamos ni un pelo. Que se vea que somos incompetentes. 

Ni qué decir tiene que esos papeles no los lee nadie y que tampoco sirven para nada porque nadie sabe si esos viajeros han dicho o no la verdad. Y tampoco sabemos si se han infectado o ya venían con problemas.

Que no hacemos más el ridículo porque no podemos. Y tan tranquilos.