Alitalia, con la misma piedra por enésima vez

La nueva Alitalia, que ahora se llamará Ita, se presenta como una nueva manera de crear una aerolínea en la que participe el sector público y privado y que recupere la parte de mercado que históricamente ha tenido Italia. El resto del mundo, en cambio, piensa que Ita es una etapa más en la interminable carrera de la aeronáutica italiana para terminar cerrando la aerolínea, no sin antes llevarse miles y miles de millones de euros del contribuyente.

Ahora, La Stampa, el diario de Turín, cuenta algunas novedades en las que están trabajando Fabio Lazzerini, el máximo ejecutivo, y el presidente Francesco Caio: en primer lugar, dice que acaban de presentar el nuevo plan industrial al consejo de dirección de la compañía (¿se dan cuenta que las cosas ya están yendo al revés, que la dirección es informada de un plan que no ha redactado?). En ese plan está el abandono de las rutas domésticas y europeas, si no totalmente, al menos parcialmente.

¿Abandonar rutas domésticas y europeas? Si Ita quiere decir la verdad, no abandona nada, sino que ya no es nadie en ese ámbito. No es nadie porque tiene pocas rutas pero, sobre todo, porque no tiene capacidad alguna para rentabilizarlas. Es una ruina. Cuando Lazzerini y Caio dicen que la compañía se tiene que inclinar por los vuelos intercontinentales están diciendo lo que todo el mundo sabe, que aún le queda una presencia en ese mercado, sobre todo por la fuerte presencia de italianos en América. El segundo descubrimiento que hace la nueva dirección es que hay que dedicarse a la carga. Han visto que muchos competidores de largo radio han conseguido algo de negocio transportando carga y que, por eso, es bueno recuperar el mercado. Seguramente esperarán que los rivales le cedan cuota.

Ita ha presentado una idea interesante, en la que no es la primera pero sí que tiene posibilidades de tener éxito: los vuelos sin Covid, garantizado por los test previos al vuelo. Quiere, con Delta, gestionar la ruta Italia Estados Unidos con esas garantías. Lo cual, por supuesto, es viable.

Pero Alitalia sabe que no tiene mucho futuro sola y por eso reaparece un matrimonio con Lufthansa –aunque hasta ahora cortejaba con Air France Delta–.

Esto, claro, no es suficiente para nada. Hay que aclarar qué va a pasar con el handling y el mantenimiento, que son dos agujeros negros que nadie quiere. Y, también, qué importancia tendrá el recorte de plantilla. Ya saben, todos son votantes.