Alitalia debe cerrar ya

Continuando con la interminable obra de teatro cuyo guión nos conocemos de memoria, tanto el gobierno de Italia, como el de Argentina, como el de Sudáfrica, nos cuentan que para ellos lo más importante es su aerolínea, Alitalia, Aerolíneas Argentinas, o South African Airways, respectivamente. Las tres, junto con Eurowings, son las que más pérdidas han acumulado desde el inicio del siglo; las tres son las más caras a nivel operativo; las tres son tres desastres. De ellas no conseguimos ni dinero, ni servicio. Y hasta diría que sus gobiernos tampoco consiguen votos.

¿Por qué ocurre esto? ¿Cómo es que, casualmente, en los tres casos está inmerso el gobierno de cada uno de los tres países?

El caos de estas tres aerolíneas, en diferentes estadios de su enfermedad, se deriva precisamente de la falta de una política empresarial. En realidad, no falta política, sino política empresarial, siendo el calificativo lo más importante. Porque, efectivamente, sobra política, sobra charlatanería, sobra llenarse la boca hablando de lo importante que es el mercado, del deseo de que todos los ciudadanos tengan el derecho a volar, etcétera, pero falta comprensión del fenómeno empresarial, de que o se gana dinero, o se tiene un plan, o se sabe a dónde se va, o por el contrario se cae en el desastre.

Los tres casos no son igual de graves, porque en los casos africanos y argentino estamos hablando de economías relativamente intervenidas por sus gobiernos. En cambio, en Italia este caos tiene lugar bajo la supuesta supervisión europea, en un continente donde se han dejado cerrar incontables empresas en aras de la necesidad de asegurar que sobreviven las eficientes. Pero, como en Alitalia sobra política, hasta la Unión Europea está mirando para otro lado.

Anoche, este lunes, el gobierno italiano se volvió a reunir para tomar medidas. O sea, para hacer algo que preserve su imagen, que nos haga creer que están al mando de la nave, aunque todos vemos que queda poco para que se estrelle.

Francamente, una aerolínea es un negocio y como tal debe ser gestionada. O estamos, o no estamos. De forma que no estaría mal que Alitalia, de una vez por todas, dejara de existir para dar paso a operadores sanos, competitivos y dinámicos.