El limbo de Alitalia

Este digital, como la mayor parte de la prensa especializada de este país, les contamos en su momento el desastre de Alitalia: una aerolínea pública que lleva años tan mal gestionada que no ha conseguido salir del agujero. En su última época, que acabó en la suspensión de pagos, perdía dos millones de euros anuales.
Harto, el Gobierno de Mateo Renzi asumió la impopularidad y acabó con el tema: nombró tres comisarios al frente –cuya gestión está siendo bastante buena, teniendo en cuenta el estado del enfermo-- y convocó a quienes quieran a hacer ofertas. Finalmente, aparecieron tres ofertas: Easyjet, que dice ir acompañada de Air France; Lufthansa y un fondo de inversiones, Cerberus. La idea era cerrar la venta definitivamente en marzo, un año después del inicio de la crisis que estalló precisamente en la Semana Santa de 2017 (seamos precisos, la última crisis, porque en Alitalia, los problemas son prácticamente eternos.
Pero ¡quién lo iba a prever!, el gobierno convocó elecciones y todo quedó sobre la mesa. Conocidos los resultados, nadie sabe quién va a gobernar, si un día llega efectivamente a formarse un gobierno. Y, mientras, nadie sabe nada de las ofertas, ni de Alitalia, ni de los interventores. O sí, porque ellos siguen trabajando tirando de los créditos que el gobierno dio a la compañía aérea.
Llevamos meses así, sin saber quién se quedará con la aerolínea, quién podrá incorporar a la plantilla, cuándo se quitará la carga del mantenimiento, un área que nadie quería comprar.
Típico de Italia –aunque no sólo de ella--, las situaciones indefinidas, interminables, degradantes, sin norte. Así está hoy la que un día fue una gran aerolínea y que hoy todavía tiene mucho que decir.