En apenas tres meses, Eurowings, la aerolínea de bajo coste propiedad de Lufthansa, ha perdido casi tres millones de euros al día. Ni siquiera South African Airways, ni Aerolíneas Argentinas, ni Alitalia jamás han perdido estas barbaridades en sus peores momentos, pese a que son pródigas en ellos. Peor, Eurowings lleva ya dos años seguidos en números rojos, aunque este año está siendo especialmente nefasto. Tal es el desastre que Lufthansa ha decidido congelar su crecimiento. Aunque, en realidad, Lufthansa tendría que aclararse sobre qué quiere de Eurowings.
Eurowings en realidad no existe tal como usted la conoce. El desastre se explica porque son varias sociedades, con sus respectivos directivos, diferentes sedes, diferentes políticas y modelos de gestión, todas bajo la misma marca. El lío, ya de por sí bastante complicado, se va a hacer aún más difícil de gestionar cuando Brussels Airlines, la antigua aerolínea nacional belga se integre en la marca, como se ha anunciado.
Eurowings es muchas cosas a la vez y, como consecuencia, ninguna. Es una low-cost de corto radio europea, es una low-cost hacia destinos vacacionales que hereda las rutas de Air Berlín y es una low-cost de largo radio con vuelos a América. Para los analistas, encima no es una low-cost porque sus costes operativos son elevadísimos, propios de la legacy airline.
Sin embargo, podría haber sobrevivido bajo el paraguas de Lufthansa de no estar enfrentando ahora mismo una verdadera guerra cuyo principal –pero no único– protagonista es Ryanair. La irlandesa se ha lanzado en una guerra sin cuartel contra Lufthansa, que es un monstruo al que quiere hacer retroceder como en su momento hiciera con British Airways. Ryanair ha lanzado dos frentes: por un lado, directamente con su marca y sus aviones, en muchas rutas en las que opera Eurowings pero, sobre todo, con Lauda, su nueva filial. Lauda, tanto desde Alemania como desde Austria, ha lanzado un plan de vuelos a precios bajísimos como nunca antes había hecho nadie. En algunas rutas ha multiplicado por cinco la oferta, aplastando a todos los demás. Es un ataque frontal a Eurowings que recuerda aquellos que hace ya años lanzó contra British Airways y Aer Lingus en las rutas entre Irlanda y Gran Bretaña que, a la postre, se quedaría casi en exclusiva porque nadie puede soportar la presión en precios de Ryanair.
Pero Ryanair no está sola. Easyjet se ha asentado en Berlín, sobre todo en Tegel, y desde allí ha desatado todo su potencial para ocupar la mayor parte del espacio que ocupaba Air Berlín, colisionando frontalmente con Eurowings.
Pero como las desgracias nunca vienen solas, también WizzAir está atacando estos mercados con su potencial –no olvidemos que, detrás de Ryanair, es la aerolínea más competitiva de las low-cost– y, finalmente, por si esto no fuera suficiente, Level tiene también bases nuevas en la región, buscando su cuota de mercado. O sea, lo nunca visto.
Eurowings, evidentemente, se desangra en números rojos, encendiendo las alarmas incluso de la poderosa Lufthansa. Las pérdidas han de tener un fin o bien el director general del grupo puede ir haciendo las maletas. Esto no puede seguir indefinidamente. Y no va a seguir, por supuesto.
Un rediseño urgente y radical es necesario
Se avecinan entonces 2 nuevas quiebras. Ryanair se va a quedar con todo el pastel.
Este es el resultado del tremendo error por parte LH de pensar que haciendo desaparecer AB se quedaría con el mercado alemán. AB era la muralla china que protegía a LH de las low-cost. Ahora se enfrenta a TRES y sangrando. Por ahora el consumidor disfruta de las tarifas que conlleva la guerra por controlar en el mercado corto y medio. Veremos qué ocurre cuando la citada guerra declare vencedores y vencidos. Me temo que el consumidor no formará parte de los vencedores....
Cuando apriete Lufthansa, todas las bajo costo, excepto quizás Easy Jet, se van a c....
Y una de las que tienen las tarifas más cara.
Realmente para Lufthansa ese dinero es calderilla.