El gobierno de Holanda dispone ahora del 14 por ciento del grupo Air France KLM, tras la compra, por sorpresa, de un paquete de acciones adicional al 6 por ciento del que ya disponía. La decisión supuso ayer un hundimiento del valor de la acción del grupo. ¿Por qué? ¿Cómo ha interpretado la Bolsa esta decisión del gobierno de Holanda?
La caída del nueve por ciento del valor del grupo significa que los accionistas interpretan esta compra como una declaración de guerra dentro del grupo, que se prepara, de alguna manera, para la ruptura.
En 2004, las dos aerolíneas se fusionaron. La fusión, si bien jurídicamente es total porque se trata de una empresa, en la práctica son dos empresas que suman sus resultados en una cuenta común. Pero cada aerolínea va a su aire.
Llevamos catorce años y en lugar de incrementar las sinergias, la división se mantiene. Se incrementa, incluso, porque los holandeses son rigurosos, metódicos, sistemáticos, mientras Air France está politizada, es ineficiente y pierde dinero. Este año, como en los últimos cinco años, todos los beneficios del grupo proceden de Holanda. Pero Francia tiene una parte mayor en el pastel, con lo que pretende imponer su punto de visto. Jurídicamente puede hacerlo. Pero ahora el gobierno holandés, al comprar acciones manifiesta su voluntad de dar guerra, de oponerse, de defender a KLM ante Air France. En realidad, el anuncio de ayer significa que Holanda no va a dejar que KLM caiga en manos francesas. Por eso la Bolsa ha condenado el valor.
¿Qué puede pasar ahora? Ahora mismo nada, pero cualquier movimiento francés significará que Holanda podrá reaccionar. En realidad, Holanda no está dispuesta a mantener el grupo. Todo lo cual revela que no estamos ante una empresa normal sino ante símbolos nacionales, ante elementos identitarios. Air France es Francia y KLM es Holanda; la primera representa el retroceso de Francia en el panorama internacional y KLM representa el estancamiento holandés, que siempre es menos grave que el retroceso francés.
Ese es el escenario. El futuro, como ven, no será esperanzador.
Bien por Holanda, KLM y sus trabajadores. A ver Iberia, directivos y sindicalistas, cuanto tenéis que aprender. De los políticos para que hablar, si son hasta incapaces de defender su país del invasor inglés. ¡¡ GIBRALTAR ESPAÑOL !!