En medio de este caos permanente que ha provocado la pandemia, pasamos del optimismo al pesimismo en cuestión de horas. Y con ello, las empresas dejan de tener futuro y sus valores, si están en Bolsa, se hunden. Del blanco al negro en un instante.
Este fin de semana el valor de IAG, que había recuperado un 25 por ciento en lo que va de año, se volvió a hundir (–4%) debido a las noticias de la semana pasada que apuntan a que, definitivamente, Europa no será capaz ni de vacunarse ni de controlar la expansión del Covid antes del verano. Las perspectivas para esta temporada ya no son para nada optimistas: en el mejor de los casos, se producirá una recuperación moderada a partir de la situación actual, pero nada para pensar que las empresas dejarán de perder dinero.
España, desgraciadamente, está como todos los demás países que dependen de las vacunas que tenía que conseguir la inoperante Comisión Europea (Certificado de vacunación: la carrera para salvar el verano).
El asunto es absolutamente grave porque estamos hablando de duplicar el impacto económico de la crisis que sufrimos en 2020. Parecía imposible que 2021 pudiera ser igual de malo que 2020 pero en estos momentos casi parece que pudiera terminar por ser peor. Nadie sabe con certeza qué va a ocurrir.
Salvar el verano exige dos cosas: que se vacunen los países de origen de los turistas –sólo Gran Bretaña y Estados Unidos llegarán al verano en condiciones, además de algún país irrelevante en los mercados– y que los destinos también estén protegidos del virus, al menos en su mayor parte. Hoy la Europa continental, la que nos envía la mayor parte de los turistas tiene un índice de vacunación del 12 por ciento, lo que significa que estamos avanzando a un ritmo del cuatro por ciento de la población cada mes. Así, tardaríamos algo más de dos años en llegar a tener unos datos de vacunación aceptables.
Sin que el virus esté controlado en origen y en destino, poco se puede hacer. Y poco se hará.
Ahora todo dependerá de ese “poco”, si es un “poco” muy grande o muy pequeño. Pero el impacto económico, no lo duden, será tremendo. Y uno tiene la impresión de que quien tiene que entenderlo está en otra cosa.
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Pesi lo mismo, peronismo.
Hemos tenido un cataclismo, un terremoto sanitario de gran magnitud en la escala de Richter y ahora restan por pasar todas las réplicas y sacudidas posteriores, hasta que retorne la calma. Que si la cepa inglesa, la brasileña, la sudafricana, aquella de mayor virulencia, está de mayor mortalidad, la que quede por venir ... y el mundo económico ávido, lujurioso, inquieto sin ideas por remontar la ola a cualquier coste, suben al púlpito a la menor oportunidad para ser los primeros en sacar la cabeza de la rentabilidad ... no hace falta ser Piketty para llegar a la conclusión de que los efectos del Capitalismo comme il faut han tocado hueso y un nuevo modelo menos neo y más social se avecina. O se reconvierten las ideas del beneficio rápido cómo la espuma o la China capitalista a la vuelta de 20, 30 años a lo sumo, nos come como dragón de fuego por los pies con su control exhaustivo de la economía de mercado.
Ya tienen el 30% de nuestra Deuda Pública y la de muchos Países y la clase media más numerosa del Orbe, 240 millones de habitantes.
Sigan apostando por Comunismo ... o Libertad; a veces los sueños, los deseos, se convierten en realidad ya lo lamentarán amargamente sin vuelta atrás. Reset, make up your minds.
Usted ha dado en el clavo con un asunto, China. Como culpables por la muerte de más de 2 millones de personas en el mundo, por no decir asesinatos, eso sin tener en cuenta la cantidad de súbditos suyos que han muertos en su país, que jamas lo sabremos, son los mayores culpables de este desastre humanitario. Y digo humanitario porque lo es en diferentes ámbitos , como el sanitario, el social, el económico... . El gobierno comunista chino debería pagar por sus mentiras y su falta de rigor a la hora de contener este virus, todo ello sin meternos en si fue o no fue creado artificialmente, y la manera de hacerlo es condonar deuda a los países , ya que como usted dice son los mayores acreedores de esta en el mundo. Aunque viendo la cobardía de nuestro dirigentes cualquier cosa me espero. Si fuera o fuese por mi se la iba a pagar quien yo le diga...
Cuando escucho esa solemne bobería de "comunihmo o libertá" solo pienso que estos paletos no se dan cuenta de que los comunistas de esta época son ellos, que son los que están perdiendo la guerra fria contra el ascenso del nuevo imperio chino. Cuando el imperio soviético, tras poner en órbita a una sociedad feudal en tan solo 50 años, aplastó a la vanguardia del capitalismo que era el III Reich, los socios yanquis, que eran igual o más racistas que los alemanes, jugaron bien sus cartas y, gracias a lo que aprendieron de la propaganda nazi, consiguieron adoctrinar a Occidente entero con esas groseras mentiras supremacistas hollywoodienses hasta convencernos de que libertad era una marca registrada