Las propuestas turísticas de Rajoy y Rubalcaba son decepcionantes. Son poco concretas en el caso del líder popular, y tienen pinta de ocurrencia en el del socialista. No parecen haber ningún plan definido en ambos casos, ni alguna prueba de haber sondeado el sentir del Sector.
El claro favorito para estas elecciones, el PP, habla en su programa de mejorar la fiscalidad, cuya falta de concreción enciende las alarmas después de haber estado los meses anteriores diciendo que bajarían el IVA turístico al tipo superreducido del 4 por ciento.
También señala el partido de Rajoy en su programa que habrá una mejora de las OET (¿Cómo?) y que el AVE llegará al aeropuerto (era el plan también de Pepiño). Finalmente, habla de un plan integral del Turismo, sin más detalles sobre la reconversion de los destinos maduros.
Las escasas opciones de Rubalcaba pueden justificar su cierta desidia en el campo del turismo. En su debate de este lunes, Rubalcaba y Rajoy apenas han tenido tiempo para mencionar el turismo, lo que desde luego es revelador de su interés por la materia en comparación con otros asuntos.
España y su industria turística necesitan que el turismo sea política de Estado. Quizás nunca antes en lo que va de democracia ha estado tan degradada su posición como al final de esta legislatura, representando una secretaría general al motor económico del país.
Lo más preocupante de las propuestas de PP y PSOE es que no hay una meta, un resultado que estimule el compromiso. Tampoco se abordan directamente los problemas estructurales del Sector, cuya solución solo puede venir del Estado: la estacionalidad, la dependencia de dos mercados, y cómo ayudar a transformar la oferta obsoleta en una de calidad.
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