Cataluña, año cero: empieza el declive turístico

Al final el lobo acaba llegando. Con colmillos afilados y pezuñas punzantes. Hace menos de dos meses, los antisistemas repartían hostias a diestro y siniestro en el intento de que los millones de turistas que “asolaban” el lar sagrado catalán dejaran de visitar su tierra.

¡Ya lo tienen! No por ellos precisamente sino porque sus jefes políticos han conseguido “urbi et orbi” que esa comunidad autónoma sea sinónimo de caos, lío, carajal y sinvergonzonería.

¡Vivir para ver! Una tierra que iba como un cañón económico, sostenida por el esfuerzo de sus gentes más humildes, convertida ya en un pre-erial donde las empresas y los inversores huyen despavoridos. ¿Era esto lo que perseguían?

Bien. Aquí nos ocupa el asunto y el negocio turístico. Según Expedia las reservas en Cataluña han caído ya un 25 por ciento que no es ni cosa ni cifra baladí. Y el “mambo”, como subraya la marusmada CUP, no ha hecho más que empezar. Si de un primer tajo se han llevado ya una cuarta parte de la butifarra, imagínense ustedes lo que puede ocurrir cuando arriben al poder.

Bien. Sigamos. Ahora mismo Cataluña y, por ende España, está consumiendo más páginas en los periódicos, horas en todas las televisiones europeas, bytes en los productos digitales como jamás lo hizo a lo largo de la Historia. Alguien podría tener la tentación de afirmar que es como una buena soga con la que uno quiere ahogarse. Yo lo diría porque, entre otras cosas, los argumentos que dan para la secesión podría calificarse de netamente “FEUDALES”. Pero no es este un rincón digital netamente político. Ya lo sé. Pero ignorar que la política lo inunda todo y muy especialmente el quehacer empresarial es algo tan estulto como asar la manteca con el dedo.

Cifras. El turismo es algo extraordinariamente sensible a los quehaceres políticos y sociales. No quiere lío, ni quilombos, ni leches. Quiere certezas y tranquilidad. Lógico y natural. En Cataluña, como líder doméstico de turismo, deberían saberlo. Es más, lo saben perfectamente. Los que desean continuar por la senda del sentido común y los que llevan algunos años echados al monte.

Tengo para mí que unido lo uno y lo otro las grandes corporaciones turísticas catalanas también se están pensando poner pies en polvorosa, aunque algunos medianos grupos ya lo han hecho. Pero a diferencia de otros “negocis” el turismo es algo que no se puede cambiar de domicilio social: está íntimamente ligado al “territorio” y a las condiciones naturales del lugar.

Dentro de este enorme carajal propiciado por el señor Artur Mas y fusilado por el tándem Puigdemont/Junqueras, el sector más afectado será el turismo. Por las razones antes descritas y por otras. Y no parece que el souflé pueda a corto plazo menguar sino todo lo contrario

¡Fueron avisados! Ahora, ajo y agua, mis queridos amigos.

LO DE GARCIA LEGAZ Y AENA

El anterior presidente del organismo público AENA, José Manuel Vargas, que venía de ser CEO de Vocento, se tuvo que ir o le fueron sin completar el trabajo en un grupo capital para el turismo español como es la gestión de los aeropuertos nacionales y también otros del exterior.

El Gobierno ha puesto ahí a Jaime García-Legaz , un liberal en estado puro, después de servir a las órdenes del ministro De Guindos en el comercio exterior. Tiene un buen perfil el antiguo secretario general de FAES. Pero los pecados no son para siempre.

Creo que tiene capacidad, conocimientos y determinación para hacerlo bien y salvar un puntal básico para nuestro sector. Ello, siempre y cuando le dé tiempo. Porque la situación política general y Cataluña en particular mantiene al primer ministro y, por ende, al conjunto del Gobierno en alambre.

¡Suerte, Jaime!