De una cumbre con la secretaria de Estado de Turismo siempre se puede esperar cualquier cosa, pero nunca ninguna razonable. Acerca del ‘mamading’, magnificado o no, que no es el caso que nos ocupa, Isabel Borrego dice que hay que hacer una política de concienciación. Que no habrá sanciones, ni para los que promocionan este tipo de clientes ni para los autores. Habla sin matizar, como hace siempre, de “concienciación del mundo empresarial”. Más claro que el agua más trasparente. ¿A quién se le ocurrió recurrir a Borrego para contrarrestar esta deleznable polémica? Lo peor de todo lo que ocurre en Turismo es el consejo asesor: ni habla, ni oye, ni ve. Que un grande del turismo español forme parte de un grupo compuesto por un empresario quebrado, una ejecutiva de una gran empresa alejada de la actividad diaria, un bloguero de un diario y una gerente de un campo de golf es incomprensible. A Escarrer hijo, ajeno a ese consejo pero con mucho que decir, este asunto le ha sacado de sus casillas, y lo mismo que ha escrito sobre la práctica obscena de este tipo de turismo debería hacer otro artículo sobre los que gestionan la cosa turística a nivel estatal.
Borrego y el 'mamading'
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El bueno Escarrer, instaurando las pulseritas All Inclusive a 20 chavos el día, es quien trajo a la isla este tipo de turista. O sea que consejos pocos. Cabeza agachada e ir pidiendo perdón de puerta en puerta es lo que debería hacer.