Dos mercados en alza

Atentos a esos mercados emisores secundarios que empiezan a ser significativos, no tanto por el volumen de turistas como por el gasto en destino. Ahí están los empresarios turísticos de la costa catalana, especialmente los de Salou, encantados con los rusos, que se han hecho asiduos y hasta fieles repetidores. Ya son casi seiscientos mil los que visitan nuestro país y  dos de cada tres eligen esta zona mediterránea. Para la próxima temporada se espera que superen el millón.
Un millón de turistas de una nacionalidad ya es número a tener en cuenta, sabiendo además que es un viajero que genera pocos conflictos, que tiene dinero y que gasta en el hotel y en la oferta complementaria. Es un turista gastronómico y de compras que proviene de una país que no ha sufrido nada la crisis económica gracias a sus materias primas, que va a más en clase media con capacidad de salida al exterior, que ya no tiene tanta dificultad para obtener el visado por el refuerzo en las oficinas españolas.
Quizá ha llegado el momento de intensificar la promoción, de intentar hacer realidad aquella predicción nunca cumplida de que era inminente una explosión turística emisora en los países de la antigua Unión Soviética.  Hay un hándicap en el idioma.
Y otro mercado en alza es el italiano. Tres millones nos visitan cada año con aumentos todavía tímidos pero continuos a pesar de la grave situación económica y política que atraviesa el país. Pero esta crisis acabará y entonces se puede multiplicar esa “españamanía” que se aprecia entre los jóvenes italianos. También conviene cuidar especialmente ese mercado que envía turistas muy rentables.