Con buen criterio, los hoteleros mallorquines, tanto los asociados a la federación como los miembros de la agrupación de cadenas, consideran que no hay que perder el tiempo con memeces como lo de la puesta en marcha de un ministerio de Turismo.
Al igual que los mallorquines, otros colegas de España piensan de igual manera. El país tiene otras prioridades más importantes que darle rango de ministerio a una industria tan asentada como la nuestra.
Pero hay quienes entran en estos juegos sinsentido cuando lo importante es dar con una persona que conozca a fondo el sector turístico y lo afronte con personalidad. Ahora que por fin se ha producido un cambio de Gobierno, lo que hay que hacer es buscar a esa persona que con profesionalidad y capacidad de gestión se ponga al frente de la Administración turística central.
La clave está en encontrar esa persona y no en el rango del departamento, importando poco si es secretaría general o si secretaría de Estado. Zapatero convocó un consejo de ministro monográfico sobre Turismo en Palma y al poco tiempo le cambio la categoría al departamento, dejándola en secretaría general.
Y no pasó nada: Mesquida fue el mismo y el turismo aumentó en número por la crisis del norte de África. En el Consejo de Turismo de la CEOE se están moviendo para dar con la persona idónea que se ponga al frente de Turismo y proponerla a Rajoy. Pero no habría que dejar de lado al responsable de Turespaña: tan importante es un puesto como otro.
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