La burguesía hotelera catalana y Gaspart

Un acreedor ha instado el concurso de acreedores para la cadena de Joan Gaspart. En medio de un crecimiento hotelero fulgurante en Barcelona, el empresario turístico más mediático de la ciudad se halla en una de sus situaciones más delicadas. Es decir, lo opuesto a lo que viven familias como la de los Cabrera, Clos, Espelt, Mestre o los Vallet. Toda esta burguesía hotelera catalana tiene en común su perfil claramente más discreto, alejados de las polémicas, de los retrasos en abonar las nóminas, sin problemas de impagos a la Seguridad Social, ni copando asociaciones ni patronales para usarlas en beneficio propio, ni andándose con amenazas de forma más o menos habitual. Salvo Bagó, no se ha escuchado a ningún empresario turístico catalán meterse en temas políticos, a diferencia del presidente del Consejo de Turismo de CEOE, quien dice que vuelve a Barcelona “más independentista” de sus viajes a Madrid. La prudencia, el talento y la mesura han sido valores catalanes muy bien representados en el grueso de los hoteleros de la región, con la excepción del que presidió durante tres años al Barça coincidiendo con la peor época del equipo de fútbol en el último cuarto de siglo. Tras meses de runrún en Husa, un acreedor se ha decidido a dar un paso adelante, y nuevamente una alta representación turística de CEOE se halla en medio de la polémica, como también ocurre con algunos presidentes imputados en el seno de esa organización y a otros cuyos grupos están siendo investigados por los indicios de fraude.