Tremenda paradoja de los hoteleros mallorquines

Han tenido que pasar más de medio siglo para que la clase empresarial se uniera para poner en marcha un proyecto de las características de la Escuela de Negocios de Turismo Internacional. Un proyecto, que guste o no en el resto de España, ha de tener su sede en Mallorca porque los mallorquines lideran la inversión turística en todo el país y más allá de nuestras fronteras.

Esta iniciativa no nace por el impulso de los grandes, ni siquiera de la mano de un centro de la naturaleza del que va a ser su partner técnico, sino merced al empuje de un inquieto personaje que a la par de ejercer de intermediario de grandes firmas inversoras extranjeras considera que su tierra ha de ser la sede central de la mayor escuela de negocios turísticos.

Pero los grandes no han dudado en ningún momento en apoyar este proyecto (se nota a faltar la presencia de relevantes cadenas, al igual que las medianas) y entre sus promotores más destacados cabe mencionar a Joan Vilà, de Tui Travel, por haberse implicado de forma más directa que ningún otro en la creación de dicha escuela, iniciada por un empresario ajeno a la industria.

Un empresario isleño con grandes contactos, Jaime Fluxá, soñador irredento, que ha unido a las dos partes que integran el Travel and Tourism International School -patronos y Esade- después de un largo proceso en el que en primera instancia iba a participa la escuela San Pablo CEU como socio académico y que luego se descolgó por razones que no vienen al caso.

Lamentablemente, esta asignatura pendiente del Sector hoy hecha realidad -¿dónde mejor que en España para tener un centro de postgrado al estilo de las mejores facultades turísticas del mundo?- no cuenta con el respaldo de la Agrupación de Cadenas hoteleras de Baleares y no despierta la simpatía de los integrantes de la patronal hotelera de Mallorca.

La anterior presidenta de las cadenas hoteleras de las Islas, Margarita Ramis, desechó desde el primer momento la propuesta de secundar este proyecto tan importante para la formación al más alto nivel de los profesionales del sector turístico, y los dirigentes de la FEHM tampoco han recibido con agrado su puesta en marcha y ello pese a que el jefe del presidente es un gran valedor del proyecto.

Llama la atención la reticencia de la ACB y de la FEHM estando detrás Barceló en el primer caso y Miguel Fluxá colateralmente y hasta final de año, en el otro. Tremenda paradoja, otra más, del mundo hotelero mallorquín. Un proyecto tan ilusionante y vital como este debería contar con el respaldo de todos los principales actores del mundo del turismo.