Cualquier persona que conozca algo de investigaciones policiales, siquiera sea como género literario, entiende que las apariencias pueden engañar. Y mucho (Air Europa: Begoña Gómez figura como investigada por tráfico de influencias).
Sin embargo, siendo así, cada día que pasa emergen más contradicciones en el caso de la supuesta mediación de Begoña Gómez, esposa del presidente Pedro Sánchez, con el grupo Globalia. Conocer que Sánchez sabía desde unas horas antes de que publicara su melodramática carta sugiriendo su dimisión que el juez había decidido tratar a su mujer como “investigada” es relevante.
Sin embargo, no es incriminatorio, excepto por el hecho de que sugiere más incongruencias en la respuesta de Moncloa.
De todos modos, desgraciadamente, España no es Estados Unidos y aquí no podemos esperar que las comisiones de investigación aclaren mucho. No obstante, pese a todas las descalificaciones y a la postura de la Fiscalía, el juez va avanzando paso a paso.
Lo mejor para España es que esto acabe pronto, sin que se halle nada incriminatorio y sin que queden sombras de duda; lo segundo mejor es que si ha habido tráfico de influencias, el juez determine claramente los indicios, se juzgue y se pueda pasar página. Nadie gana con estas situaciones que nos convierten en un país de pandereta.
Cada día que pasa sabemos más de … perooo, por Los Santos atributos del Minotauro, todavía NO sabemos quién es un tal M. Rajoy, cuando menos, curioso.
La derechita como siempreeee y Camps absuelto??? Venga yaaa
A la Begoña le pasó como al Urdangarin: ésta dijo: Si todos roban, yo no voy a ser menos, Dios me ponga donde haya, si no me dan yo cogeré.