Mallorca indica que el turismo español ha retrocedido este verano respecto al año anterior. El dato, por supuesto, es cierto. Pero era esperable. Por muchas razones, desde siempre, el turismo español es un plato de segunda mesa en Mallorca (Mallorca: el emisor español se hunde mientras el extranjero se mantiene).
Históricamente, el hotelero prefiere al turista extranjero. Nada que ver con su forma de comportamiento en el hotel sino con sus prácticas vacacionales: los extranjeros viajan toda la temporada, mientras que los españoles se concentran masivamente en los puentes y en agosto. Piénselo: si usted tiene un hotel, preferirá siempre que le garanticen ocupación todo el año antes que sólo unos pocos días.
En segundo lugar, este año en particular ha sido especial porque los precios han subido notablemente. Y los extranjeros han pagado lo que les han pedido. No es lo mismo en el caso español, un turismo que se retrae cuando los precios se disparan. De manera que tenemos un segundo motivo para esta situación.
Y, también de cierta importancia, hay que recordar que durante la pandemia fueron los hoteleros los que hicieron ofertas para captar viajeros, acudiendo al mercado español con desesperación.
Esto explica que este año haya menos españoles en Mallorca. Pero no es una novedad sino más bien la recuperación de la normalidad. Desgraciadamente, en grandes términos, en Mallorca el turismo nacional sólo cubre los huecos que deja el turismo internacional.
Igual es hora de que cuando lleguen las vacas flacas y acudan al turista doméstico, es cuestión de darles la espalda y que se busquen la vida.
Está usted en su derecho de hacerlo, igual que los hoteleros en el suyo de bajar y subir los precios en función de la demanda. Libertad y libre mercado ante todo
Vale, de acuerdo. Pero luego que no nos vengan con sus lloros y lamentos a las agencias de viaje españolas pidiendo apoyo cuando no les va bien. Conoce ud el cuento de la gallina de los huevos de oro??
Vete a EEUU