Hace apenas veinte años, en toda la Península Arábiga no había ni un hotel vacacional. Hoy, sólo en un día, Omán aprobó la construcción de 81 hoteles. Y Omán es el último en llegar a una carrera veloz hacia el negocio turístico. Antes Dubái y Abu Dhabi se habían lanzado; después Qatar y Bahréin y, finalmente, la propia Arabia Saudita, que parece dispuesta a relajar sus exigencias religiosas que en sus formas más extremas son incompatibles con el turismo de masas.
Sin embargo, yo me hago algunas preguntas que pueden ser oportunas: la primera es si hay tantos turistas como para ocupar toda la oferta que se está lanzando al mercado. No crean que el Golfo Pérsico piensa en Europa, o que piensa prioritariamente en Europa, porque también puede alcanzar la India, Pakistán y las regiones sureñas de la antigua Unión Soviética. Pero, así y todo, no es un universo ni tan amplio ni tan poderoso económicamente.
Pero hay otro inconveniente: el calor en estas zonas era extremo durante el periodo de verano y, ahora, con el cambio climático, aún más extremo. Es imposible pensar en pasar unas vacaciones en esta región en verano, salvo con riesgos para la salud. En nuestras temporadas bajas y medias, en cambio, todo es más fácil. Pero en el norte las vacaciones son fundamentalmente veraniegas, lo que es un problema.
Y, después, el perfil del cliente buscado: siempre megamillonarios. Hay ricos, claro, pero es dudoso que haya tantos para un incremento tan desmesurado de la oferta.
Por el momento, todo se basa en el petróleo. Más dudoso es que todo esto pueda sobrevivir por sus propios ingresos.
Inferir que el mercado al que va dirigida esta oferta es exclusivamente exterior y NO necesariamente interior y periférico, puede ser un error tan de bulto cómo vaticinar que tantos ricos no hay al igual que pobres -como apuntaba el Consejero de la CAM, hoy Presidente de la Asamblea- porqué ni los vemos tirados por las calles. Pues haberlos, cómo dicen las meigas, los hay.
¿para qué crear nuevas marcas de coches?¿hay tanto conductor para tanto automóvil? Pues China y los países emergentes lo hacen, y con éxito. ¿Marcas como Seat, que copaban el mercado español ha 40 años han desaparecido? No.
Dejemos al mercado funcionar, para bien y para mal. Y me refiero al industrial (el turismo lo es) sin interferencias públicas que lo distorsionen