Un raquítico aeropuerto británico, el de Leeds Bradford, ha publicado una nota de prensa que explica exactamente la mentalidad de sus gestores: dice que han contratado un sistema de inteligencia artificial para saber en qué momento se formarán colas y así poder lidiar con ellas.
Me imagino la explicación de los autores del programa de inteligencia artificial y toda la plana mayor de la casa observando en una pantalla los datos que publica el sistema.
Obviamente, a mí esto me parece perfecto: cuando no hay inteligencia propia, hay que comprarla, aunque sea en forma de software.
Porque nadie con dos dedos de frente en España dudaría de que hay que prepararse para lidiar con las colas más o menos dos horas antes de la salida de un vuelo. No falla. Ese es el motivo de que se presenten en la terminal unos 150 pasajeros, a veces con algunos acompañantes.
Y en España tampoco nadie dudaría de que si los controles de seguridad tienen un solo pasillo, y el vigilante es un papanata que quiere mirarlo todo, y van a salir dos aviones, habrá cola.
O sea: o uno se fía de lo evidente y obvio o compra un sistema de inteligencia artificial que se lo diga. Con tanta inversión, por supuesto, habrá que ahorrar en vigilantes para los controles, con lo que se cierra el círculo de la inteligencia.
Bravo por los programadores de software.
¡Que fácil es hacer demagogia barata, cuando no se tiene otra cosa que hacer!.
Big data, inteligencia artificial y … vigilante papanata.
Art. de opinión de nivel ponderado y respetuoso en el fondo y las formas.
cuando no hay inteligencia propia, hay que comprarla, aunque sea en forma de software.
Esta frase es lo mejor del artículo.
Lo que ocurre es que los gestores no serán inteligentes pero si unos listos. Con esta treta diluyen su responsabilidad.