Los catalanes, a la greña

Todavía Pedro Sánchez, concediendo todo el dinero del que dispone a Cataluña, va a terminar teniendo razón y dividiendo a los agraciados con esta lluvia de millones. Eso, al parecer, es lo que está haciendo la ampliación del aeropuerto de El Prat, en Barcelona.

Francamente, la ampliación de un aeropuerto que hoy ya tiene dos pistas va contra lo que está ocurriendo en Europa. De hecho, la ampliación del aeropuerto de Charles de Gaulle quedó definitivamente paralizada por razones ambientales, por poner un ejemplo. Además, en el caso catalán, un tren enlazará Gerona y Reus con El Prat, creando en la práctica una oferta bastante diversificada para la capital catalana.

Es verdad que Madrid tiene un aeropuerto con cuatro pistas, pero también es verdad que son innecesarias a todas luces. Sólo la impericia de los controladores españoles puede justificar un gasto tan desorbitado. Sólo Schipol puede compararse con Madrid en este sentido. Ni siquiera Londres, ni Roma, ni Milán, ni Frankfurt presentan una oferta de pistas como Madrid.

No obstante, el espectáculo del Govern catalán, enfrentado en su seno por una inversión por la que el resto de España estaría aplaudiendo con las orejas es un indicador de que en España se ha perdido la referencia en muchos aspectos.

Ni somos ecologistas, ni somos nacionalistas: somos oportunistas.