Hace bastante tiempo que les vengo contando cómo las mentiras en materia de ecología son el pan nuestro de cada día. Hoy ya no queda un hotel que contamine, ni un crucero que no le haga bien al planeta, ni un aeropuerto que no esté certificado de no sé qué procedimiento ecológico. Y las aerolíneas, también. Ahora los motores de los aviones lanzan oxígeno, según parece.
Pillaron a KLM manipulando la verdad y ahora el jurado belga de Ética Publicitaria acordó exigir a Lufthansa la retirada de dos de sus carteles publicitarios.
El primero de ellos decía “Protegiendo su futuro”, que mostraba una imagen frontal de un avión, con la mitad inferior siendo el planeta Tierra. En la segunda se dice “Cuando se trata de sostenibilidad, el cielo no debería ser el límite”, con un avión en el cielo y la parte delantera es un árbol.
El jurado dice que “según el denunciante, los dos anuncios contienen imágenes y declaraciones que son contrarias a la ética publicitaria porque estos dos anuncios engañan al consumidor”.
O sea, una imagen falsa.
Voy a ser sincero: claro que no es verdad que un avión sea un árbol, pero he visto manipulaciones de la verdad mucho más notables que esta. En realidad, casi todo lo que se dice es bastante engañoso.
Hoy mismo, en una ciudad europea, vi un cartel de una multinacional del reparto de productos diciendo que era totalmente ecológica y que cuando uno pone un paquete en sus manos, los bosques florecen.
O sea, el engaño es muy importante. Como el tema.
A estas alturas todavía no entendemos que las compañías aéreas llevan la mentira y el engaño por bandera.