Ya sabemos cómo va a ser lo que queda del verano para el turismo británico: nada va a cambiar. Esto quiere decir que tendremos turismo, pero bien poco, porque cada vuelo de regreso al Reino Unido le costaba y le va a seguir costando a un británico entre 140 y 200 euros adicionales a lo habitual (España se mantiene en la lista ámbar de Reino Unido).
España, dijo anoche Londres, sigue como destino ámbar, tal como estaba ahora. Los datos más recientes probablemente justifican que siga así. Pero aunque no lo justificaran –y eso ocurría hace dos semanas–, Londres no se habría atrevido a colocarnos en la lista roja porque por un lado no hay hoteles suficientes en los que hacer la cuarentena obligatoria que se les impone a los destinos de la lista roja y, en segundo lugar, porque las presiones del mundo del turismo son tremendas para mantener a España semiabierta como está ahora. Al menos los ricos sí pueden viajar.
Porque, en la realidad no hay diferencia entre destino ámbar y verde. Los destinos verdes no tienen cuarentena pero han de hacerse dos PCR en el viaje de retorno; los ámbar deben confinarse en casa excepto que los viajeros estén vacunados, en cuyo caso equivale a un destino en verde. De manera que España sigue siendo verde o ese ámbar que equivale al verde para la mayor parte de los visitantes. O sea, sólo 200 euros más caro en cada viaje.
¿Existen a estas alturas razones para explicar estas medidas?
No, ahora mismo ya no. Porque en Gran Bretaña tienen tantos casos como en España, porque ya nadie sabe muy bien qué futuro tiene esta historia del Covid y porque nadie entiende bien cuándo se va a normalizar una vida que lleva demasiado tiempo alterada.
De los datos de ayer, quien sí tiene motivos para quejarse es Turquía y de alguna manera también Tailandia, que sigue y entra en la lista roja. Son países desde los que simplemente no se puede regresar a Gran Bretaña porque confinarse en un hotel supone más de dos mil libras por persona, fuera del alcance de la mayor parte de los viajes.
El director de un grupo de presión en favor de la aviación, Henry Smith, de alguna manera resumía anoche todo esto: “hay muchas maneras para hacer esto más simple y claro”. Desde luego.
Señor observador , no puedo estar más de acuerdo, política , política y más política. Le escribo desde Oxford,llegué el domingo 22 del presente y a mi entrada en el país ni control de temperatura , ni requerirme pcr, ni nada de nada. Eso sí yo he tenido que pagar una pcr en España (100€)y tengo que guardar cuarentena a mi llegada . Tengo que hacerme dos tests durante la cuarentena , el primero a los dos días de mi llegada y el segundo al octavo día más otro de regreso a España(200£ más o menos) . Así que puedo afirmar que la industria farmacéutica a facturado más conmigo que la turística. Como dicen en mi pueblo "pa vernos matao"
Ha facturado … Cierto, lo que no se factura en Educación, se factura en ignorancia, políticos incluidos.