Ha habido muchas críticas a la campaña publicitaria de Italia que emplea la Venus de Botticelli en contextos actuales. Los anuncios también incluyen unas imágenes que no son de Italia, aunque se trata de un patio que bien podría estar en el país (Ridículo: vídeo turístico de Italia, rodado en Eslovenia).
Algunas críticas han sido muy agrias. “De vergüenza ajena”, dice una publicación especializada en diseño artístico.
¿Qué quieren que les diga? A mí me parece que una campaña publicitaria tiene que tener dos cosas: decir algo y, sobre todo, no pasar desapercibida. Yo no sé si esta dice algo, pero no pasa desapercibida y eso es un paso adelante.
A mí, rasgarse las vestiduras a día de hoy porque se descontextualice un cuadro de Botticelli me parece absurdo. Hay suficientes situaciones en nuestra sociedad que no se entienden –sin necesidad de salir de España, por supuesto—como para alarmarse por esta publicidad.
¿Dice algo? También puede que sí, porque nos recuerda el inacabable patrimonio de Italia que, les confieso, para mí es el país más hermoso.
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