La palabra "legislar" del titular puede (debe) ser cambiada perfectamente por "ordenar", para que se entienda el sentido. Porque hacer una norma legal equivale a ordenar. A ordenar a los demás. Es lo que los legisladores hicieron durante el Covid con profusión: "Hagan esto", "Dejen de hacer lo otro", "Cierren", "Usen". Si no, sanciones. En pandemia, más o menos debimos entenderlo porque se supone que era para nuestro bien, pero fuera de la pandemia las cosas son más difíciles de tragar. Y en algunos casos, imposible.
La imposición a las agencias de viajes de la obligación de informar con todo detalle de las operaciones y transacciones es muy simple: se redacta, se publica y al que no cumpla, palo. O sea, sanción. El Boletín Oficial lo aguanta todo. Pero a nadie parece importarle los problemas que se genera en la operativa de las agencias, a cambio de nada. ¿Por qué tienen las agencias que asumir esta obligación, sin contraprestación alguna? ¿Por qué ellas han de cumplir una función que no es suya? (Denuncian a España por obligar a las agencias a comunicar los datos a Interior)
En otros casos, uno podría decir que pedir una compensación por la obligación impuesto sería abusivo, pero en el caso de las agencias, que están en un momento económico casi imposible, es muy lógico que uno se pregunte por qué se ha de hacer todo gratis. Cuando cada minuto de empleado cuenta, cuando los márgenes son irrisorios, es normal que los agentes de viajes estén incómodos.
Legislar desde un despacho, repartiendo las obligaciones a los demás, ordenando que hagan esto o aquello, imponiendo tareas cuyo incumplimiento es sancionable es un abuso de autoridad. El Estado no puede ignorar la situación de las agencias ni desconocer que en muchos casos su dimensión y la cualificación de los recursos humanos disponibles les lleva a que está imposición sea un verdadero lastre.
Está bien que el Estado se haya impuesto a sí mismo mil obligaciones con diversos colectivos, pero las agencias no deberían ser tratadas como si no fueran parte del país, dignas de que su voz sea escuchada.
Hidalgo, en el Senado: “Es un bulo decir que Air Europa tuvo trato de favor”
Luxotour se desvincula de Travelance tras un año de relación
Baleares: socialistas e independentistas reclaman duplicar la ecotasa
Hito en Palma: apertura masiva de hoteles en invierno
Se va el CEO de Easyjet en el año en que la aerolínea recupera el pulso
Cargando ...
Los Escarrer son arropados por los grandes dueños hoteleros caribeños
Cancún: ensalzan a H10 por trato a empleados tras cancelar obra
Carnival y Royal Caribbean piden a Sheinbaum eliminar nueva tasa
Las Vegas: primera huelga hotelera en 22 años de 24 horas al día
Y que se espera de un gobierno que está totalmente desconectado de la realidad?
Simemente ...nada
Cuan indómito es el espíritu del homo hispanices.
Tras 40 años de dictadura implacable, descubre la democracia, los derechos humanos y la libertad -en este caso de expresión- y se piensa que tooodo el monte es orégano.
De mandíbula batiente es el desconocimiento del Derecho que no es más que la aplicación de la Ley por la fuerza, coactiva o cohercitiva, pero siempre vía sanciones o penas, Manda webs la queja insurrecta, debe ser que en otras Legislaturas aplicaban las Leyes por consenso Legislativo vía referéndums semanales a la ciudadanía.
Viene a cuento el chiste de los gitanos a los que pilla la GC en plena faena.
- A ver, tú qué llevas ahí.???
- Unas olivas mi agente.
- Ósea que robando ehhh. Pues ahora te las vas a introducir una a una por donde amargan los pepinos como escarmiento.
El gitano lejos de mostrar arrepentimiento, profiere una carcajada irrefrenable.
- Te parece gracioso el castigo.???
- No agente, es que mi compadre lleva melones en su saco.!!!
Sean olivas, melones o datos al Ministerio de Interior, el caso mirar a Cuenca.
Tan fácil como saltarse la ley a la torera, que en este santo país sale muy barato, y en el mundo del turismo, tanto o más que en cualquier otro. Lo sabe todo el mundo, pero a nadie parece importarle, ...¡es estratégico....! y así existe patente de corso, ya se sabe aquella frase antológica que dijo la abogada del estado cuando se juzgaba a la hija de un ilustre con poco lustre que vive a cuerpo de rey con escoltas pagados con el erario público español mientras vuela en aviones rivados a 7000€ la hora de vuelo allá por el golfo pérsico cuando dijo que hacienda no somos todos, que eso era solo era un eslogan publicitario.