Los medios de comunicación tenemos mucha culpa de la ola de estupidez en la que estamos viviendo en la sociedad actual. Si las autoridades no hacen nada, como ocurrió con las inundaciones de Sant Llorenc, en Mallorca, los ponemos a caer de un burro porque no están y no se les espera; si, como ha ocurrido estos días en Palma, ordenan la paralización del mundo, los critican los actores económicos que se encuentran con el lío que crea la desproporción de la medida.
Ayer, Ryanair criticó al control aéreo de Palma por cerrar el aeropuerto durante la mañana sin razón alguna. No tengo ni idea de si tiene razón o no Ryanair. Pero sí digo que el cierre de todos los parques públicos por parte del ayuntamiento de Palma y la recomendación de que nos quedemos encerrados en casa, sin coger coches, es una barbaridad desproporcionada. Ha habido tormentas, como ha habido siempre. Y hay riesgo, como ha habido siempre. Pero como no saben reaccionar, han hecho un manual que aplican sin el menor sentido común, provocando el caos que vimos (Ryanair acusa a los controladores de bloquear el aeropuerto de Palma).
En realidad, el riesgo siempre existe. Si uno estudia los informes meteorológicos, siempre existe el cinco por ciento de posibilidades de que ocurra un desastre. Si nos fuéramos a atener a esto, pararíamos el mundo. Claro que para un burócrata eso ya le va bien: se quita un muerto de encima, bajo el pretexto de “el protocolo dice”. Y listo.
Los perjuicios causados ayer y anteayer a los ciudadanos fueron enormes. Perjuicios en muchos casos económicos, porque hubo cancelaciones de actos que simplemente no debían de haberse cancelado.
Lo dicho, si no nos protegen, malo, pero si nos protegen, también malo, porque suelen pasarse. Y mucho.
La verdad es que no entiendo muy bien la noticia.
Entonces que hacemos? No se toman precauciones? Las toman?
Desgraciadamente la metereologia no es una ciencia exacta.
Entonces lo mejor es que no se haga nada y ocurra una catástrofe, para que Uds y el resto de prensa tengan carnaza para varios días
Cualquiera puede repasar (en webs de radar de lluvia) cómo de fuertes fueron las tormentas y por dónde pasaron. Estuvieron todo el día rondando las islas girando una y otra vez sobre sí mismas, y en algún momento estaban sobre el aeropuerto.
Si bien no fue catastrófico en temas de aeropuertos, no fue así por pura casualidad. Predecir por dónde va a pasar exactamente es imposible.
La economía no entiende más que de cifras. Es habitual las quejas en un sentido o en otro.
Quizás haya que avanzar hacia una alerta pública, y recordar a los usuarios que, en caso de retrasos y demás perjuicios, serán ellos quienes corran con su suerte si la situación desborda la reacción de las autoridades y sus medios materiales. Un descargo de responsabilidad voluntario, en resúmen.
Querido observador, no puedo estar más de acuerdo y una mayoría de profesionales también lo está (aunque sea dificil decirlo).
Lo fácil es reducir al mínimo (incluso rate 0) las operaciones en base a la alerta meteorológica y utilizar la seguridad aérea, pero eso tiene que tener límites y efectivamente al menos en este caso se excedieron en sus limitaciones.
No es razonable que no haya ni una tormenta en 50 millas alrededor del aeropuerto (luego claro que las hubo) y se mantenga durante horas un rate bajísimo de entradas de aviones. Y creo que si efectivamente se dejaba despegar aviones pero no aterrizar se demuestra que se equivocaron (no hay ni una sola razón para justificarlo). Es lamentable que en lugar de hacer autocrítica la reacción de los controladores sea atacar a cualquiera que cuestione su actuación.
A partir de ahí el tema es sencillo: la seguridad es lo primero pero no vale todo utilizando la seguridad.
Razonamiento lógico.
Y si el frente tormentoso se encontraba al sur, por lo que NO podían entrar aviones y despejado al norte, por lo que podían despegar todos los aparatos que estaban en tierra,
Razonando a viceversa, también se obtiene la misma respuesta, podrán entrar todas las aeronaves en vuelo previstas hasta saturación, al NO poder despegar todas las que se hayen en tierra.
Lo que rara vez va a suceder es que exista un frente al sur y otro al norte simultáneamente, paralizando tooodas las operaciones.
Ya, pero si hay caos en los aeropuertos lo pagan las compañías aéreas, si hay un accidente (q en aviación suele ser mortal) lo pagan los politicuchos de turno.
¿Recordáis cuando el gobierno socialista (después de haber criticado al anterior x un temporal de nieve) PROHIBIÓ salir a la carretera ante la posibilidad de otro temporal?.
Lo mismo pasa con las estaciones de esquí, y negocios afines, se quejan de las previsiones alarmistas q en la mayoría de casos no llegan a cumplirse.
Pero los ciudadanos somos VOTOS y eso es lo único q les preocupa a los q no quieren perder el sillón.