¿Un ejecutivo en Ryanair?

Ryanair ha reanudado su relación con Amadeus para intentar captar viajeros de negocios. La propia aerolínea irlandesa lo confesó al anunciar el acuerdo. Ryanair ya había trabajado en las plataformas de Amadeus, pero en 2017 cortó su relación (Giro radical de Ryanair: intenta acercarse a las agencias de viajes).

Los viajeros de negocios casi nunca se buscan sus billetes. Ni los pagan, por supuesto. Emplean una agencia de viajes, frecuentemente a través de un departamento de su propia empresa dedicado a ello. Toda esta intermediación se queda con una tajada del precio, lo cual a Michael O’Leary le debe provocar retortijones: unos se ganan el dinero operando aviones, los otros estando en medio.

Pero son viajeros. Y son viajeros interesantes en ciertas rutas a las que Ryanair aspira. ¿Por qué no?

Sin embargo, a mi gusto, aún hay algunos problemas. Yo, francamente, no termino de imaginarme una persona con su ordenador, preocupada por la reunión que acaba de tener o por la que espera en el destino, soportando que el sobrecargo le dé la tabarra con el ‘rasca y gana’. ¿Cómo puede uno embarcar en medio del circo que se organiza en las puertas que llevan a los aviones de la irlandesa?

Ryanair tiene un comportamiento a bordo que es exageradamente incómodo para muchos viajeros, al exhibir cutrería sin remordimientos.

Para mí, la única ventaja para el viajero de negocios es que Ryanair opera muchas rutas raras, en las que no tiene competidor, y que si encajan con las necesidades del cliente, hasta hacen aceptable el ‘rasca y gana’. Pero poco más.