El domingo, Josep Aloy, el nuevo director general de Turismo de Baleares, concedió una entrevista en la prensa local de Baleares. Es la primera vez en varios años que alguien en política trasmite inequívocamente la impresión de saber lo que dice. Es cierto que no es para menos, dado que las leyes turísticas en vigor fueron en su momento redactadas por el propio Aloy cuando ocupaba un cargo similar en la misma consejería.
Ahora, Aloy se propone lo único que puede hacer: modificar la estructura legal para ordenar el turismo de una forma más racional y sencilla.
En la entrevista, explicaba incontables detalles de las normativas que a los legos nos pasan desapercibidas y que son las que han venido agravando sino creando muchos de los problemas que se arrastran en Baleares.
Pese a todo, no queda claro por qué Baleares tiene una consejería de Turismo. Es verdad que alguien tiene que legislar, pero observen qué caos: el que legisla en Baleares, el gobierno autonómico, no ejecuta, porque la competencia está cedida a los consejos insulares los cuales podrían estar controlados por otros partidos. No es el caso, pero vean qué absurdo que quien legisla no ejecute y quien ejecute no legisle y, además, no pueda siquiera ser propiamente vigilado por el parlamento regional.
En esta legislatura en Baleares, en contra de lo que pasó con Ibiza en la pasada, al menos todos son del mismo partido.
¿No le gusta la separación de los poderes legislativo y ejecutivo?
Esta separación no será lo más eficaz pero es lo que evita el autoritarismo
No, no es eso. No entiendes. En Baleares, el legislador NO puede controlar al ejecutivo insular porque ni lo nombra, ni tiene la misma composición, ni se vota a la vez.