La presidenta de Baleares se encontró con el presidente de Valencia en la feria de Berlín. Es lo habitual porque todos los políticos, de todos los colores, hacen estos viajes para verse entre ellos. Rara vez se encuentran con algún alemán que no sea el camarero del restaurante, porque a nadie les importan los políticos que no tienen poder alguno en lo que importa, las ventas de los alojamientos.
En ese encuentro, la presidenta de Baleares nos dijo que “hay que apostar por la calidad no por la cantidad”.
Baleares tenía unos ocho millones de turistas anuales sobre el año 2005. Hoy tiene treinta. El discurso ya entonces era este, pero es eso, puro discurso para soltar en una feria, en una campaña electoral. Después, cuando llega el momento de gobernar se permite que todas las casas se puedan comercializar como alojamientos turísticos en Airbnb. Han sido algo más de cien mil, lo que ha ayudado a aumentar la cantidad, no la calidad.
Pero eso no impide el discurso. “No al sol y playa”, “sí a la estacionalidad”, mejor calidad, sostenibilidad, etcétera. El rollo de toda la vida que nos ha costado un dineral en vuelos a Alemania, porque lo sueltan cuando están de viaje.
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Para estos políticos calidad es que les paguen con billetes grandes. Si pagan con billetes pequeños son molestos a evitar.