Nadie recuerda jamás a un hotelero decir públicamente que una temporada concreta, siquiera un fin de semana, pudo haber sido “inolvidable” desde el punto de vista de precio y de la demanda. Esto ocurrió hace unos días con Gabriel Escarrer, consejero delegado de Meliá, que, ante la evidencia, reconoció que la temporada de 2022 será recordada como una de las mejores que se hayan visto jamás.
Pero como esto de decir la verdad no es lo que le va al colectivo, han salido algunos colegas y lo han acusado de crear una situación que propicia los pedidos sindicales ante futuras negociaciones salariales.
¿Cómo calificar la postura de quien quiere negar lo evidente? ¿De qué forma podemos describir a quien pretende vivir en una falsedad completa para evitar una negociación salarial?
En primer lugar, si una empresa gana dinero, es normal que sus empleados pidan aumentos salariales. Y es normal que los empresarios pretendan evitarlos o, sobre todo, evitar que esos incrementos se consoliden y creen una estructura de costes que impida afrontar una temporada peor.
Pero para eso está la negociación, la argumentación, la explicación. Lo que yo tendría claro, si me sentara en una mesa de negociación, es que con quien miente incluso en lo evidente, no se puede ir lejos.
Siempre es mejor decir la verdad, y argumentar, si es que hay algo que aducir.
Es la primera vez que un hotelero Mallorquín dice que ha ido bien.