Dentro de poco vendrá Fitur y el nuevo ministro y la nueva secretaria de Estado, Matilde Pastora Asian González, volverán a repetir el mantra de que hay que ir a una evolución acelerada del modelo turístico español en busca exclusiva de la supervivencia.
Nada nuevo bajo el sol. La diferencia entre los que predican y los que hacen es que, al fin y a la postre, es que los primeros sólo quedan escritos en el aire (que se lo lleva la mera circunstancia) y los segundos dejan su nombre grabado en la columna de Arconte.
He escrito aquí en numerosas ocasiones que el inevitable cambio en el modelo turístico español (12% PIB) tiene que venir por modo “reforma”, esto es, mantener lo bueno que se tiene –infraestructuras públicas y privadas, playas, chiringuitos, hoteles, etc…- y al mismo tiempo aprovechando la bonanza extraordinaria invertir parte de las plusvalías en abrir nuevos horizontes que no estén al socaire de la mera coyuntura.
EL CASO DE LOS REALES SITIOS
Pocos países del mundo pueden ofrecer a un público/consumidor de cultura, historia y patrimonio el legado que atesoran los siglos españoles. Esos 8 Palacios Reales y esos 10 Monasterios Reales y sus Patronazgos, distribuidos a lo largo de todo el territorio nacional, atrajeron durante el pasado año a 3.013.412 visitantes que a 11 euros por cabeza dejaron limpios 17 millones de euros más los cosechados por la venta de todo tipo de objetos y libros en los recintos de esos Reales Sitios. Por si no lo saben les diré que los mismos son propiedad de todos los españoles no de la Corona ni de sus titulares. Es el pueblo llano en su conjunto quien ejerce la soberanía instituida.
Alguien me dirá que se trata del chocolate del loro y lleva toda la razón. Pero es un filón porque alrededor de ese otro turismo se genera también muchos miles de euros, pero lo sustancial es que se trata de un subsector que prácticamente está “in albis” y lo que hay se ha dado por añadidura.
Lo que pretendo es excitar el celo y la iniciativa de emprendedores -jóvenes o maduros- en este campo concreto del turismo histórico/artístico/cultural porque no van a encontrar un lugar tan apropiado para ello como España. Y la dimensión del mismo abarcaría también iniciativas de tipo tecnológico a aplicar en el campo que nos ocupa. Existe el muñeco, se trata de vestirlo.
A PROPÓSITO DE HIDALGO
He leído en este mismo papel digital un comentario muy crítico con las posiciones del patrón Hidalgo a propósito del rol que deben jugar los sindicatos. Dos cosas. Primera. Las organizaciones de trabajadores son consustanciales a la vida democrática; es más, resultan imprescindibles en un Estado de Derecho y democrático. Es una obviedad pero en ocasiones las obviedades hay que explicitarlas. Sentado lo anterior no me corto un pelo en afirmar que los sindicatos –que han sido tabú durante casi cuarenta años desde la Restauración Democrática- deben cumplir el papel para el que están inspirados y pagados. Porque, al menos en España, los sindicatos son en su mayor parte mantenidos por el dinero público. La verdad es la verdad. Y siempre es la verdad.
La defensa de los intereses de los trabajadores en las distintas modalidades de producción parece el objetivo esencial de su existencia. No puede aspirar, por ende, a sustituir a los gestores que hoy en buena parte también son asalariados por cuenta ajena.
Tan importante como mantener las posiciones sindicales en un país libre es consagrar también una libertad básica: la de expresión. Es lo que distingue, entre otras cosas, al mundo libre del esclavizado. Es lo que no parecen entender algunos líderes que han vivido o bebido en los sindicatos verticales de Franco o de los existentes actualmente en las pocas dictaduras comunistas que perviven en el ancho mundo. Y dentro de esa libertad de expresión se encuadra, creo yo, acertado o no, las manifestaciones realizadas por J. J. Hidalgo.
Lo que ha funcionado con éxito ha sido precisamente la conjunción de la responsabilidad del empresario con la de los sindicales. Alemania es, sin duda, el paradigma de esa simbiosis. En España también funcionó con un cierto esplendor al inicio de la andadura democrática pero luego se fue pervirtiendo en gran parte porque los jefes de los sindicatos confundieron su rol y se creyeron que eran los amos de las fincas. Pero que deben existir para garantizar los derechos de sus representados es algo que nadie en su sano juicio pone en cuestión. Pero tampoco los sindicatos a “sensu contrario” pueden permitirse el lujo de poner palos en las ruedas. Mucho menos en aquellas empresas donde los que se juegan su patrimonio y su sudor son privados.
Creo que es lo que, modestamente, quiso decir el patrón mencionado.
Sr. Graciano Palomo veo todas sus tertulias (llamémosle asi)en el Cascabel o en la Marimorena. cuando le escucho veo que es usted muy contundente, por eso me gustaria , que sacara el tema del plan general del municipio de tias,sobre una licencia pagada con antelacion ( se supone que las licencias se pagan cuando tu tienes el permiso concedido del ayuntamiento para edificar tu casa) y esto fué en el año 2006 o sea que ya va para 10 años ; asi que me obilgaron a pagar por adelantado el costo de mi licencia 9.000. € sin que me hallan dado dicha licencia para poder contruir una casa para mis 2 hijos pero lo mas gracioso es que la arquitecto del ayuntamiento ( cuya parcela le vendí yo por nececidad ,si que construyó la suya.... ya que eran 2 parcelas gemelas.. me gustaria que usted comentara esto en su próxima aparicion en sus debates . por favor si usted tiene alguna vez una entrevista co el Sr. juan Ignacio Zoido, 1º Ministro del interior pregúntele por Ernesto duarte y Valentina González, que estando hace muchos años le hicimos este comentario en un viaje que hiso a lanzarote
Muy acertado, señor Palomo. Como siempre. Me encanta que le guste a usted los temas turísticos.