La publicidad de Austrian Airlines decía que utiliza "100 por ciento combustibles sostenibles" en sus vuelos. Las regulaciones internacionales prohíben que la mezcla de esos combustibles, normalmente denominados SAF, superen en los vuelos comerciales el 50 por ciento. Y en la mayor parte de los casos en los que una aerolínea emplea estos combustibles, la proporción es bastante menor.
El Consejo Austriaco de la Publicidad llamó al anunciante y le pidió explicaciones por tal mentira, a lo que la compañía adujo que los anuncios hacían referencia a que el viajero podía contribuir económicamente en sus billetes como si estuviera promoviendo que el cien por ciento del combustible fuera ecológico.
La organización de la publicidad no tragó el argumento. Igual que ya pasara en Holanda en un caso similar, cree que se trata de publicidad engañosa, haciendo creer a los viajeros que el cien por ciento del combustible empleado es ecológico.
"En momentos en los que la sostenibilidad y la protección del planeta tienen una especial atención, una comunicación transparente y clara es más necesaria que nunca", dice la resolución del Consejo. "Desde el momento en que el anuncio puede estar haciendo pensar a alguien que viajar es neutral en materia de contaminación, lo cual no es aún posible, una fórmula de comunicación más precisa es recomendable".
En otros países, las autoridades financieras y de la comunicación han lanzado campañas para investigar si lo que se afirma en materia de ecología es verdad, porque las empresas más que nunca están interesadas en venderse como sensibles, lo cual no siempre es verdad o tan verdad como pretenden en sus anuncios.
¿Y que me dice de cuando le dicen que va en Iberia y va en express o airnostrum?
O peor en Vueling, que cambia de horario, como usted y yo de calzoncillos