De oficio, chivato de Boeing

No pasa un día sin que aparezca en Estados Unidos otro sujeto que dice que trabajó en Boeing y que le tenían prohibido decir lo mal que se construían los aviones, que dice haber visto cualquier desastre pero que nadie le quería escuchar. Salen en la televisión americana dando sesudas interpretaciones a por qué aún queda un Boeing volando, sin que nadie se explique cómo es que no han caído todos (Muere el segundo ‘chivato’ que filtraba fallos de Boeing).

Obviamente, se ha desatado la veda. Todo vale. Por supuesto, algo es verdad, pero hemos pasado de que nadie diga una palabra a que los aviones de este fabricante vuelen de milagro. Hemos enloquecido.

El último ‘whistleblower’ es Richard Cuevas, que trabajó fabricando el 787 Dreamliner, pero en nómina de Spirit Aerosystems, la ‘spin off’ de Boeing que hace el cuerpo del avión, el fuselaje, en sus instalaciones de Wichita. Dice que ha visto hacer agujeros incorrectamente, lo cual “potencialmente podría tener consecuencias fatales”. También dice que Spirit no contaba a Boeing estos fallos, y que a los trabajadores se les exigía confidencialidad.

El oficio más difícil del mundo hoy es encargado de imagen de Boeing. Lucha contra todos. Pues bien, Boeing dijo en respuesta a Cuevas que investigó sus acusaciones y no encontró nada. Y que sigue investigando ahora los nuevos datos.

Estas etapas locas tienen un final, aunque por el momento nadie se atrevería a predecir cuándo llegaremos al mismo. Mientras, si usted ha tenido una relación con Boeing, puede ser su oportunidad de conseguir algo de fama.