El ‘problema’ de Al Baker

No nos engañemos: en el Golfo Pérsico, Emirates mira constantemente a Qatar Airways y al revés. Lo que hace la una, lo observa la otra. Son las protagonistas de los dos grandes hubs, en competencia abierta.

Pero ahora a Qatar Airways le ha surgido un problema inesperado. Y el culpable, digamos que involuntario, es Emirates. La aerolínea de Dubái ha dado unos resultados económicos excepcionales, lo cual ya de por sí es una provocación inevitable a Al Baker, el hombre ‘fuerte’ de la aviación de Qatar. Pero lo peor, lo que realmente supone un desafío, es que Emirates ha decidido pagar un bonus de equivalente a 24 semanas de trabajo a todos sus empleados.

Otras cosas no, pero esto llegó al instante a Qatar y toda la plantilla de Qatar no habla de otra cosa: si siempre las dos aerolíneas van a la par, ¿a qué está esperando la compañía aérea de Doha en ofrecer algo similar a sus trabajadores, después de tantos años de crisis derivada de la pandemia?

Y yo añado: ¿por qué nadie más, tampoco en Europa, se plantea algo así, que en buena medida es de justicia?

Y, de paso, les contesto: porque muchas aerolíneas europeas, desde luego muchas de las grandes, a diferencia de lo que hizo Emirates, despidieron masivamente, temerosas de los gastos que pudiera suponerles mantener a sus trabajadores. Alguna otra, importante, optó por no despedir a nadie porque pensaba que los iba a necesitar, aunque sí les pidió un recorte económico importante.

Ahora, ni las primeras, que están contratando trabajadores nuevos para recuperar su tono vital, porque han despedido a los de siempre; ni las segundas, que no han visto ni quieren ver el premio de Emirates a los suyos, han preferido aferrarse a los ingresos de estos meses excepcionales y mirar para otro lado.

Así, como si nada. O al menos, ignorando la lección de Dubái.